Un buzo sudafricano escapó por milagro a la muerte luego de que una ballena lo atrapara brevemente con su boca en las costas de Port Elizabeth, en el sur del país.
La Biblia cuenta que el profeta Jonás pasó tres días dentro de una ballena. Rainer Schimpf tuvo la misma experiencia, pero sólo estuvo segundos en el interior de un rorcual de Bryde -un cetáceo de 15 metros y 25 toneladas- cuando filmaba un cardumen de sardinas.
"Había empezado a filmar delfines, tiburones, alcatraces, pingüinos y cormoranes que se alimentaban de sardinas cuando, llegando desde el fondo, un rorcual de Bryde surgió súbitamente", contó este activista y defensor del medio ambiente.
"Sentí presión alrededor de mi cintura, y supe inmediatamente lo que estaba pasando", agregó. "Sólo fueron unos segundos, hasta que el rorcual se dio cuenta de su error y abrió la boca para escupirme", contó.
En unas imágenes sólo se ven las dos piernas de Rainer Shimpf fuera de la boca del rorcual, un espécimen raro y difícil de fotografiar, que se alimenta de pequeños peces y crustáceos.
El buzo, una vez a salvo, no esperó mucho para regresar al agua. "Verificamos si el material estaba bien y que no tuviera ningún hueso o costilla rota. Todo estaba bien", contó.
Schimpf, de 51 años, no es un principiante, tiene 20 años de experiencia y fue recompensado varias veces y es consciente de los peligros a los que se expone.
"Los predadores como las ballenas o los tiburones embisten hacia sus presas y muchas veces nuestra visibilidad está muy reducida", dijo.
"Nuestra determinación en garantizar al medio ambiente la mayor atención y protección sigue intacta", añadió Schimpf.
A la espera de su eventual reencarnación, su involuntaria interpretación de Jonás lo hizo famoso en las redes sociales y las imágenes de su experiencia ya fueron vistas más de un millón de veces en YouTube.