El arquero Cristian Campestrini no está atravesando el mejor momento de su carrera. En 2018 se encontraba en Dorados de Sinaloa bajo el mando de Diego Maradona. Allí, no renovó su contrato buscando acompañar al DT a Bielorrusia pero luego de que el Diez renovara su contrato en México, terminó quedando sin equipo.
El arquero recayó luego en el Everton de Viña del Mar donde ahora fue despedido mediante una via poco común.
Según el propio futbolista explicó, "después del partido con Curicó, la dirigencia me ofreció negociar un nuevo contrato. Por respeto a mis compañeros me negué. Después se terminó el campeonato y antes de viajar a Argentina me junté con el presidente".
En diálogo con La Tercera, Campestrini relató que luego "le pedí dos años de contrato al presidente, me ofreció uno con la posibilidad de renovar si jugaba el 60%. Le pedí más dinero, viajé a Argentina y volví. Ahí me dijo que seguía siendo la prioridad, yo le dije que la plata no es impedimento, vivo una vida tranquila y sin lujos." Y agregó que "al día siguiente estaba desvinculado por WhatsApp".
El ex Arsenal de Sarandí, a sus 39 años, relató que "el trato del presidente fue malo, no acepté porque el fútbol es negociación. Siempre fui leal. Nunca negué tener otras opciones e incluso las mostré. Me dolió lo que hicieron Dalsasso (gerente deportivo del Everton) y el presidente". Además, disparó fuerte contra los dos dirigentes y contó que "lo que más duele es el despido por WhatsApp, siempre les manifesté mi lealtad. Me puse por delante de ellos en un hotel cuando a Cedillo lo querían cagar a trompadas en una fiesta".
El experimentado futbolista finalizó su relato contando que "me pareció extremo que me desvincularan por WhatsApp y a los ocho minutos y cuarenta segundos anunciaran al nuevo arquero. He dicho toda la verdad. Si tengo que ser un hijo de puta lo voy a ser, pero mentiroso no he sido nunca". Y detalló que "estoy esperando ofertas, prendiendo velas".