Pese a que solemos imaginarnos que las empresas de tecnología (especialmente las grandes) no cometen errores muy evidentes, la realidad es que sucede, y a veces, de la forma más notoria posible.
Google es una de las compañías de desarrollo de soluciones en software más grandes del planeta. Los productos de la icónica marca van desde las búsquedas y los navegadores hasta los teléfonos, relojes y autos inteligentes.
Pero Google no es perfecto y algún que otro desliz se le puede perdonar. Claro que nunca nos imaginamos que al portal web más famoso de la historia se le pueda pasarse por alto algo tan importante como registrar su propio nombre pero sí, sucedió lo impensado y un joven desde la comodidad de su casa registró como propio el dominio Google.com por unos modestos 12 dólares.
¿Qué sucedió? ¿Se olvidó Google de renovar su propio registro?