El término suele ser demasiado general, para definir un solo problema por el que puede transitar una pareja en su intimidad. Por ello, y lejos de concederle la potestad de definir algo determinado, la incompatibilidad sexual requiere una lectura más fina.
“La incompatibilidad sexual en una pareja, como entidad física, no está definida. Si se busca incluso en los manuales de sexología clínica, no se va a encontrar ninguno que hable acerca de esto. Hay puntos de vista muy diferentes. Habría que hacer hincapié desde qué punto de vista se está hablando”, dispara el especialista José Luis Rodríguez (sexólogo, especialista en disfunciones sexuales, sexología clínica y médico psicoterapeuta).
Es que la referencia alude básicamente a una abanico amplio de probabilidades, que señalan la falta de comunicación o conocimiento del otro, más que (en el menor de los casos) una patología física.
La palabra experta para aclarar dudas.
Empatando la "incompatibilidad"
La denominada “incompatibilidad sexual puede aludir desde algo vinculado al encuentro sexual, una práctica sexual en particular, o hasta el aspecto biológico.
- Cuando la incompatibilidad refiere a lo biológico ¿cómo la describiría?
- Pueden ser casos (los menos) de varones con un tamaño de genitales de medio a grande, que están en pareja con mujeres de estructura física y desarrollo menudo, con un tamaño de genitales pequeños. Entonces, en este caso puede suceder que sean “incompatibles” porque la relación sexual entre ambos genera dolor durante la práctica sexual. Por ello decimos que resulta general hablar de un solo aspecto que se englobe bajo la denominada “incompatibilidad”. Es decir, es tan general el término que no define ninguno de los aspectos puntualmente. La pregunta sería entonces si hablamos de incompatibilidad sexual, “en función de qué”.
- ¿Qué otro tipo de trastornos físicos se pueden dar?
- Pueden darse quizá (en el menor de los casos) extrañas malformaciones, en mujeres (en muy poco porcentaje) con vagina “tabicada”, o vagina doble. O la falta de formación del canal vaginal (mucho más raro aún). Pero son casos rarísimos y contados con los dedos de una mano. Encontrarse con un útero “bidelfo” (un útero doble) es muy inusual.
- En la consulta de las parejas afectas, ¿qué otras variables, fuera de lo biológico, pueden llegar a encontrarse más asiduamente ?
- Lo más común es que la pareja se queje porque se da una “discronaxia” en términos clínicos. La misma se refiere al desfasaje en los tiempos de respuesta sexual del varón y la mujer. Son diferentes, eso es claro. Los varones biológicamente están listos para una relación sexual y pueden tener un orgasmo más rápido que las mujeres. Es algo exclusivamente biológico. El aprendizaje y conocimiento en la pareja hace que los tiempos del hombre se alarguen y que pueda esperar a su compañera, en función de que él sí puede ir más rápido.
Entonces así ambos pueden ponerse de acuerdo. Este término implica que a veces se comienzan las relaciones sexuales en los tiempos masculinos y esto va a ocasionar que cuando el hombre vaya por la fase de excitación (y ya haya pasado la del deseo), la mujer recién esté entrando en la de deseo, mientras que cuando el varón esté en la de meseta, ella esté recién en la de excitación. Entonces finalmente cuando el hombre llega al orgasmo, la mujer está entrando recién a la meseta. A veces eso es vivido como una anorgasmia o eyaculación precoz, cuando en realidad no es ninguna de las dos cosas sino solamente que la pareja no se termina de poner de acuerdo.
- ¿Cómo se trabaja este aspecto?
- Básicamente respetando los tiempos de la mujer, dándole más tiempo, conociéndose, hablando...No se trata de esperarla una semana sino de darle más minutos, porque biológicamente somos diferentes.
-¿Puede generar dolor?
-Hay relaciones sexuales que pueden ser dolorosas si no existe una buena lubricación y para eso es necesaria la comunicación y la espera. Cuando la mujer está excitada significa que está lubricada. Es el mismo mecanismo de excitación que se produce en el hombre para que se le produzca de manera objetivable una erección, ya que en la medida en que esté excitado se generará la misma.
- Esa falta de compatibilidad ¿puede incluir prácticas sexuales que no se compartan?
- En la prácticas sexuales si a un integrante de la pareja le gusta algo que al otro no, será un aspecto a negociar, o no...Hay que comunicarse con el otro para empezar a tratar lo que se conoce como “incompatibilidad sexual”.