El futbolista de Almagro Franco Quiroz, quien fue baleado durante los incidentes que se produjeron entre la barra del club y la policía, admitió que vivió “una desgracia con suerte” y que por “diez centímetros” el perdigón no le impactó en un ojo.
"Fue una desgracia con suerte y todavía no tomé la dimensión de lo que pasó. Estuve a diez centímetros de perder mi carrera", señaló.
“Le dije a la policía que pare de tirar y cuando me acerqué al alambrado a hablar con los hinchas empezaron a tirar otra vez y un perdigón me pegó en la cabeza. Me hicieron una placa y por suerte fue superficial el impacto”.
El técnico de Almagro, Felipe De la Riva, por su parte, dijo: “somos rehenes de esta situación. Lo que pasó no es un problema futbolístico. Tengo un jugador mío que tiene un tiro en la cabeza y estuve llorando por impotencia. Desde que llegué al club, me robaron cuatro veces y los jugadores ya ni quieren jugar de local por la violencia”.