Puertas adentro dicen que esta vez la petrolera de bandera no tendrá cuestiones para objetar los pliegos y automarginarse de una licitación que para el horizonte hidrocarburífero de Mendoza es importante, como ya lo hizo en 2014, y aseguran que hay expectativa.
La duda surge respecto a la potencialidad de los 6 yacimientos en juego, que no tendrían el atractivo suficiente como para que YPF apueste por las mismas: son Cerro Manzano, C, D y F; Sierra Azul y Calmuco; Loma del Cortaderal; Cerro Doña Juana, Cuenca Cuyana Bolsones; 17 A y 17 C.
Los cálculos estimativos indican que en el mejor de los casos la inversión global inicialmente apenas superaría los U$S 72 millones, esto es, a razón de entre 10 a 12 millones por área.
En función de ese panorama, el presidente de Emesa se muestra cauto sobre el interés de YPF por participar. A su criterio, la mira de la petrolera estatal está en otro tipo de yacimientos, y sobre todo Vaca Muerta.
“Actualmente, sus planes están orientados a proyectos de exploración del orden de los 100 millones de dólares, que implican un esquema financiero para el cual cuenta con mucha oferta de de socios internacionales.
Además, YPF tiene mucho por hacer en adelante en Neuquén e inversiones pendientes en Mendoza”, explicó Neme, con dos audiencias públicas de áreas concesionadas en 2014 en su agenda de enero.