El viernes 21 de setiembre de 2018 no fue un Día del Estudiante -o Día de la Primavera- más en el piedemonte mendocino. Lo que comenzó como uno de tantos asados al aire libre para festejar y conmemorar la fecha en las inmediaciones del Cerro Arco, culminó como uno de los mayores incendios en el Gran Mendoza de los últimos 20 años. ¿El causante?: la combinación entre el viento Zonda y un fuego encendido en una zona no permitida, y que tampoco había sido apagado correctamente.
Como cada 2 de junio, se conmemora hoy el Día del Bombero Voluntario en todo el país. Y la efeméride es ideal para recordar el memorable operativo de los bomberos voluntarios mendocinos -de Las Heras y de otros departamentos-; que aquel día trabajaron incansablemente durante 24 horas ininterrumpidas para controlar las llamas. Y que luego debieron continuar con los operativos en la zona durante 9 días más, porque el fuego se había "cruzado" para el oeste (hacia el Cerro Gateado y la ruta 13) e, incluso, llegó también hacia el este a zonas de barrios y viviendas particulares.
"Esa tarde subimos a las 19, cuando había pasado poco tiempo desde el inicio del incendio. Pero tuvimos que bajar casi en el acto, porque con el Zonda estaba incontrolable la situación y muy peligrosa. Volvimos a las 7 -ya del sábado- y estuvimos más de 24 horas trabajando en el lugar. Todo el cuerpo activo de los Bomberos Voluntarios de Las Heras estuvimos ahí (58 integrantes del plantel); y en total hubo 140 bomberos voluntarios de toda la provincia", destacó Ariel Robledo, quien es sargento en el cuartel de Bomberos Voluntarios de Las Heras; y además director de Relaciones Institucionales de la dependencia.
Siempre listos
Poco más de dos semanas antes del incendio, el cuartel de Bomberos Voluntarios de Las Heras había recibido el equipamiento adquirido para incendios forestales; que incluía mochilas de agua. "Fue algo providencial, y el bautismo de fuego del equipamiento fue el incendio del Cerro Arco", rememoró Robledo, quien agregó que mientras duró el operativo llegó a haber 30 efectivos en la playa de San Agustín. Es que en el lugar hay autos secuestrados y abandonados, y cualquier chispa podía agravar aún más la situación.
Luego de la infructuosa intervención de ese mismo viernes, a primera hora de la mañana del sábado los bomberos regresaron al punto de conflicto. Y desde ese momento comenzó una extensa y agobiante jornada de trabajo. "Una de las veces en que bajamos del cerro con personal de refresco, nos dimos cuenta de que el fuego también estaba abajo y había cruzado para el sector de barrios y casas, por lo que dimos aviso cuando estábamos de nuevo arriba -no había señal para avisar antes-. Entonces hubo que estar atento a ello también", recordó Robledo.
El recambio a lo largo del operativo para sofocar las llamas fue clave, pero no muy variado. "Los que estaban más frescos trabajaron de corrido contra el fuego, y otros bajaban algunas horas para descansar y luego regresaban. Recuerdo que estuve prácticamente el día entero yo en el lugar", rememoró el sargento.
De hecho, en aquella intervención Robledo se resintió de una vieja lesión y lo tuvo a maltraer durante -al menos- 9 meses más. "En un incendio anterior, retrocediendo a las llamas; me corté con una lata y casi me corto el tendón de Aquiles. Y cuando estaba en el Cerro Arco, me resentí. Pero son cosas de la profesión", indicó el bombero voluntario.
Robledo es además el director de academia del recientemente creado cuartel de Bomberos Voluntarios de Uspallata; iniciativa encarada en conjunto entre Defensa Civil de la Provincia, la Municipalidad de Las Heras, el área de Defensa Civil de la comuna y el cuartel de Bomberos Voluntarios de Las Heras.
Sin escarmiento
Luego del incendio en el Arco y del extenuante trabajo en el Gateado e inmediaciones; se intensificaron los controles en esa zona del piedemonte de Las Heras y Ciudad para que no se inicien fuegos -de asado o recreativo- en las zonas no permitidas. Sin embargo, en la conciencia popular parece que no hubo un sentido escarmiento (aunque actualmente la actividad está muy reducida por el aislamiento social, preventivo y obligatorio).
"A los 15 días del incendio en el Cerro Arco, hubo otro incendio dentro de un barrio ubicado en el Mirador. Un joven había hecho un fuego cuando había mucho viento; y quemo un quincho y parte de una casa. Otro detalle es que, en general, hay mucho desorden para intervenir en estos episodios y se siguen repitiendo algunos errores. Es fundamental que se convoque a quienes saben para trabajar en una política especializada", sintetizó.