Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro están a cinco semanas de inaugurarse. Pero desde ayer se han convertido en una realidad más tangible cuando una de las llamadas tiendas “Mega'' de souvenirs se inauguró en la playa de Copacabana.
El visitante interesado en hacer compras deberá traer consigo mucho dinero, al menos si desea hacerse de algo más que un llavero, el cual tiene un precio de 8 dólares. Un bikini con el logotipo de los Juegos se venderá en 100 dólares, y una medalla conmemorativa de oro alcanzará la friolera de 2.000 dólares.
Algo menos pretensioso, una botella de vino brasileño (no muy reconocido mundialmente), con un logotipo de las Olimpíadas, se ofrecerá en 40 dólares. La comercialización de artículos alusivos a los Juegos es un gran negocio.
Sylmara Multini, directora de licencias y ventas minoristas de Río, dijo que los organizadores esperan vender a quienes visiten los Juegos unos 1.000 millones de reales (310 millones de dólares) en mercancías.
"Nuestros productos son de alta calidad y consideramos que el precio es justo'', afirmó Multini. Agregó que se abrirán 132 tiendas, distribuidas en toda la ciudad, durante los Juegos Olímpicos.
Muchas serán tan pequeñas como un quiosco, incluidas las que se instalarán frente al estadio de Maracaná. Multini dijo que todas las tiendas son operadas por empresas individuales que pagan regalías al comité organizador.
"No somos los dueños de las tiendas ni fijamos los precios", aseguró. Multini habló de varios artículos de playa, incluido un par de ojotas, una toalla y los trajes de baño.
Brasil está en medio de su peor recesión desde la década de 1930. El jueves, mientras se mostraban a la prensa varios de los recuerdos de los Juegos, algunas cocinas comunitarias para los pobres estaban cerrando sus puertas por falta de recursos.
El gobernador de Río de Janeiro ha declarado el estado de calamidad económica, poniendo en duda la seguridad durante los Juegos. Se desconoce también si podrá concluirse una línea del tren subterráneo a tiempo para las Olimpíadas.
Todas las escuelas operadas por el Estado han sido afectadas por paros de maestros. Los hospitales siguen funcionando, pero muchos de sus trabajadores no reciben paga.
La muestra de productos ante la prensa se realizó también un día después de que un cadáver mutilado fue arrastrado por las olas hacia la playa, a unos pasos de la carpa que ofrece la mercancía olímpica y de la sede del voleibol de playa.
Alex Martins, quien abrazaba a su hija Camila de 9 años, se paró frente a la tienda durante un día de playa. Dijo que probablemente limitaría los regalos para la niña a un pequeño animal de felpa, que se ofrece en 40 dólares.
“Pienso que esto será muy caro para el ciudadano común de esta ciudad", dijo Martins. "Quizás algunos tratarán de comprar, pero no muchos podrán, debido a los malos tiempos en la economía. Pienso que esto será más bien para turistas”.
La tienda de 1.800 metros en Copacabana es una de las tres más grandes que ofrecerán souvenirs de los Juegos. La mayor abarcará una superficie de 5.000 metros en el Parque Olímpico, mientras que otro establecimiento en la Villa Olímpica se asentará en un terreno de 2.000 metros cuadrados.
El metro olímpico estará igual
La nueva línea del metro de Río de Janeiro, crucial en el plan de transporte para los Juegos, está en fase final de pruebas y será entregada el 1 de agosto a pesar de la crisis financiera, garantizó el secretario de Transporte, Rodrigo Vieira.
El “trecho olímpico” de la línea 4, de 16 km de extensión en cinco estaciones, entrará en servicio de forma parcial cuatro días antes de la ceremonia de apertura de los Juegos, después de varios atrasos.
Tendrá capacidad para transportar durante los Olímpicos y Paralímpicos (5-21 de agosto y 7-18 de setiembre) a 22.000 pasajeros por hora, solo quienes tengan credenciales o boletos para los Juegos, entre el turístico barrio de Ipanema y Barra, centro neurálgico del evento deportivo.
“A partir del 19 de setiembre, toda la población podrá usar el metro, primero en un horario restringido”,