A poco más de
tres semanas del crimen del médico Sebastián Prado
, la investigación en manos del fiscal Daniel Carniello confirmó la detención de dos sujetos, uno de los cuales sería el autor del homicidio.
El otro, que fue aprehendido el lunes en la madrugada, terminó imputado de partícipe secundario del hecho que tuvo su desenlace trágico la noche del viernes 6 de setiembre, cuando el profesional de la medicina, junto a su esposa y dos hijos, se preparaba para ir a un cumpleaños, en el momento de abordar una Duster que estaba estacionada en el callejón López de Gomara.
El apodado Johnny, identificado como Marcos Morales (24) fue imputado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, mientras que Andrés "Pipi" Merlo (26 años, sanjuanino con antecedentes) está acusado de ser el hombre que, utilizando una moto, ayudó a escapar al homicida cuando, después de disparar contra el profesional, corrió hasta la calle Perú.
Ambos fueron aprehendidos en un lapso de 12 horas en la villa Malargüe, ubicada sobre calle Perú a menos de 1.000 metros del cruce con López de Gomara.
Johnny, por su parte, dice que puede demostrar que la noche del asesinato él estaba trabajando en un bar de calle Colón.
Una causa y dos fiscales
El caso tuvo, desde su comienzo, a Carniello a cargo de la investigación, aunque a las 48 horas de ocurrido el crimen, por un pedido de licencia, se ocupó del caso su par, Claudia Ríos.
Ahora Carniello decidió confiar en la denuncia de testigos (que aún no reclamaron la recompensa de 50 mil pesos ofrecida por Seguridad) y ordenó allanamientos en el asentamiento, donde fueron detenidas varias personas, aunque sólo dos quedaron involucradas en este hecho "con los elementos mínimos", según sus palabras.
La versión más escuchada se refiere a que el "Pipi" aquella noche, al llegar al asentamiento, habría manifestado: "Nos mandamos una cagada... matamos a un tipo"; mientras que como acompañante de la moto se encontraba "Johnny", el que se refirió a la necesidad de "hacer desaparecer el arma".
Y precisamente aquí está la mayor incógnita para cerrar el caso. Hasta el momento no se ha encontrado el arma homicida, que todas las voces señalan como un revólver calibre 32.
La villa Malargüe
Desde hace años las crónicas hablan de la erradicación de algunos asentamientos que ocupaban los terrenos del desaparecido ferrocarril, aunque otras personas terminaron ocupando ese espacio y así nació la villa Malargüe.
Allí, en espacios de no más de 20 metros cuadrados, entre los muros de los viejos talleres del ferrocarril, conviven unas 500 personas.
Según se ha dicho, ese lugar cuenta con túneles que, en algunos casos, alcanzan los 100 metros de extensión y por donde, para los conocedores del terreno, es muy fácil desplazarse y así poner distancia de la policía.
Aquí, en reiteradas oportunidades, se han multiplicado los operativos con masiva presencia policial, secuestrándose droga, armas y, como ahora, lográndose la detención de los dos sujetos que serían responsables del asesinato de Sebastián Prado.