El policía que asesinó a la madre y al ahijado de su ex mujer fue imputado por homicidio "transversal", una nueva figura penal relacionada con el femicidio y que tiene como única pena la prisión perpetua.
Ayer por la mañana, el fiscal especial Daniel Carniello hizo llevar al auxiliar José Ontivero (34) hasta las oficinas de Delitos Especiales y le comunicó la imputación. Luego de que Ontivero decidiera no declarar, el fiscal ordenó que de inmediato fuera llevado al penal de San Felipe.
"Estaba como débil, como ido cuando lo imputamos", explicó una fuente judicial consultada por Los Andes.
Las amenazas previas que Ontivero le hizo a su ex mujer, la también policía Yamila Monje (26), son ahora utilizadas por Carniello para imputar a Ontivero ya que el uniformado mató "con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación", como establece, desde 2012, la Ley de Femicidio.
Ayer, el principal investigador de la causa ordenó también un estudio psiquiátrico (obligatorio para estos casos) al tiempo que esperaba la pericia de las dos armas secuestradas (la de Ontivero y la de María Monje, policía y madre de Benjamín Monje (8), el niño asesinado) y también el informe de la necropsia de ambas víctimas.
Paralelamente se ordenó asistencia psicológica a las víctimas.
Problemas de pareja
Según los investigadores, el domingo Ontivero estaba a cargo de sus dos hijos, ya que el trámite de divorcio con su mujer no era en buenos términos ya que hacía aproximadamente un mes, ella lo había denunciado por una amenaza concreta: si no volvía con él, iba a matar a las personas que más quería -dejando afuera a los hijos de ambos-: su madre Gabriela Beatriz Fernández (44), y su sobrino de 8 años, ahijado de la mujer.
Por eso la Justicia de Familia había ordenado una orden de restricción para el policía. Pero esta orden era para la vivienda de su ex mujer, no para la casa de su suegra y de su sobrino, lugar donde ocurrió el drama.
De la amenaza a la agresión
Pues bien, el domingo por la tarde, Yamila fue al hospital Italiano para hacer una consulta médica y allí se le apareció Ontivero. Se produjo una discusión y una nueva amenaza que se materializaría minutos más tarde.
En efecto, Ontivero llegó cerca de las 16 hasta la casa 32 de la manzana H del barrio Solares de San Antonio, de El Bermejo, donde vivía su suegra y su suegro, un hombre que se está recuperando de un ACV.
Ontivero intentó ingresar a la vivienda pero los moradores que estaban realizando la sobremesa luego de comer un asado, se dieron cuenta del asunto y lograron cerrar la puerta.
Sin embargo, la fatalidad hizo que el hijo de la auxiliar María Monje, Benjamín, estuviera en la calle jugando en su bicicleta.
Ontivero, al verlo, le disparó de corta distancia con su arma varias veces. Según la versión policial tres disparos dieron en el cuerpo y uno en la mano.
Al escuchar los disparos, la abuela del niño, Gabriela Fernández, salió a la calle y el policía le disparó tres veces.
Los cuerpos de las dos víctimas quedaron tirados en la calle de tierra, gravemente heridos. Ambos llegaron sin vida al hospital.
En tanto, María Monje que también estaba en la casa con su pareja -otro policía, José Condorí, que no estaba armado- buscó su arma y comenzó a seguir al asesino. La mujer disparó varias veces pero luego decidió abandonar la persecución para ayudar a sus familiares heridos.
El último llamado
En poder del fiscal Carniello ya se encuentran los celulares del policía y de su ex mujer. Allí estarían registradas las amenazas y un llamado que el uniformado le hizo a Yamila luego de haber cometido el doble homicidio.
El hombre le habría dicho "lo que te prometo, lo cumplo" y le comunicó la fatídica novedad.
Ontivero fue detenido el domingo, un par de horas después de cometer el doble homicidio en la puerta de su casa. Según la policía que actúo en el procedimiento, estaba sentado en el gabinete de gas, fumando un cigarrillo y con su arma reglamentaria.
Comisario Caleri: "Llama la atención la alevosía"
"Es un hecho que nos llama la atención por la forma en que se ha producido, por la gravedad y alevosía que tuvo el efectivo policial. Pero esto no quiere decir que toda la Policía de Mendoza esté en la misma situación, es un caso especial que necesita ser atendido y revelado ahora con todas las pericias que se están haciendo. Para saber porqué motivos adoptó esta medida tan drástica", dijo ayer el jefe de la policía, Juan Carlos Caleri.
El comisario general indicó ayer para las cámaras de Canal 9 la situación de Ontivero: "El auxiliar ingresó a la Policía en el 2004. Previo a ingresar a la fuerza, estaba en el Instituto Universitario de Seguridad Pública donde realizó todos los estudios.
Entre ellos el manejo de armas y demás. Para ingresar al instituto tiene toda una serie de estudios médicos y psiquiátricos. En el 2013 hizo una autopropuesta para ascender y ahí, a través de la Dirección de Sanidad Policial, se le hicieron nuevamente todos los estudios donde se lo encontró apto".