Los presuntos autores materiales del homicidio de Roxana Toledo, los hermanos Marcos Leonel (22) y Guido Forconi (29) fueron imputados por la jueza Lidia Cófano por "homicidio criminis causa en concurso real con robo agravado por uso de arma de fuego y en concurso ideal por portación de arma de guerra" tras prestar declaración. La caratula indica que la magistrada entiende que mataron a Toledo para ocultar el robo.
En tanto, Juan Carlos Bravo (32) sindicado como quien conducía el auto que transportaba a los Forconi, fue imputado como "partícipe primario en homicidio criminis causa".
Los hermanos fueron trasladados a la cárcel local mientras que Bravo permanece en la Unidad Investigativa por “razones de seguridad”, se informó. Este último había salido de la cárcel hacía pocas semanas beneficiado con un excarcelación tras ser imputado en otro hecho delictivo contra la propiedad.
Según una denuncia hecha pública por el legislador Armando Camerucci, Bravo ha sido condenado ya en tres oportunidades con penas de cárcel. Sería en este sitio precisamente donde entabló amistad con uno de los hermanos Forconi.
Aunque algunas fuentes aseguran que la investigación está cerrada, otras afirman que aún se busca a un posible "entregador", según la jerga policial, que sería la persona que habría aportado los datos para que Roxana Toledo y su compañera de trabajo fueran asaltadas esa tarde noche del 16 de abril.
Cabe recordar que ambas realizaban el recorrido en una camioneta de la panadería donde trabajaban habitualmente y en forma rutinaria, es decir, iban en la mañana con mercadería que distribuían en las sucursales y luego, a la noche, regresaban con la recaudación.
Fue en esta oportunidad que aparentemente los agresores intentaron detenerlas en la localidad de Tres Esquinas, unos 10 kilómetros antes del lugar del asesinato y a unos centenares de metros de la localidad denominada Salto de las Rosas, identificada por varios comedores emplazados a la vera de la ruta famosos por ofrecer en su menú jamón casero.
En esta intersección los vehículos deben reducir la velocidad por la peligrosidad del cruce (hubo cortes de rutas de los vecinos pidiendo una rotonda para evitar accidentes fatales). Roxana logró ahí eludir poco antes de su muerte a un automóvil Gol que se le habría cruzado. La víctima se comunicó inmediatamente con el 911 para informar del hecho que creyó fortuito, ya que llamó para advertir que en ese lugar había gente con intenciones de asaltar a los automovilistas sin saber que ella era el objetivo.
Un móvil de la Policía, mientras Toledo hablaba con el CEO, se dirigió a Tres Esquinas pero sin resultados ya que no había nadie en el lugar.
Según trascendió, el propio Bravo habría admitido en su declaración que superaron la camioneta de las jóvenes y la esperaron en el semáforo de Balcarce y Alberdi, donde finalmente las emboscaron y mataron a Roxana cuando aún hablaba con la policía con su móvil. Ayer trascendió que el abogado, Iván Trollano, que acompañó a los Forconi durante su entrega, no decidía aún si los representaría en el caso.
Los hermanos pese a los intensos operativos policiales en distintos barrios, no habrían salido de San Rafael y luego de la detención de Bravo y trascendidas algunas acciones, como los cruces de llamadas telefónicas entre los implicados antes y después del crimen, los habrían llevado a buscar un abogado a través de familiares para “pactar” su entrega.
"Nos mandamos un moco"
En una de esas comunicaciones los Forconi le habrían dicho a Bravo "nos mandamos un moco". Trascendió que aún si Bravo no actuó durante el homicidio su acusación lo coloca como uno de los facilitadores principales y por lo tanto es pasible de una condena similar a la que puede recaer a los sindicados como responsables del hecho.