El sábado 14 de julio a las 20 hacía frío. Pero el frío no detiene a los scouts. Nicolás Demel (44) y su hijo Gerónimo (16) -uno instructor de scouts y el otro scout, ambos del grupo San Leonardo Murialdo- colocaron la comida en la parte trasera del Corsa Classic ya que tenían un reparto. Esa noche les habían pedido muchas pizzas, empanadas y hamburguesas que guardaron en cajas térmicas. Salieron de su casa del barrio Nuestra Señora de Luján de Villa Nueva. El destino era Buenos Vecinos y Godoy Cruz de Guaymallén. Nunca llegarían.
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Para hacer el reparto, me senté del lado del acompañante, nos pusimos el cinturón de seguridad y salimos por la lateral del Acceso Este. La idea era subir por el puente de Elpidio González para cruzar el Acceso. Ya era de noche y la zona no está muy iluminada. Íbamos por la lateral y comenzamos a subir. Por la misma dirección nuestra vi a otro auto que también subía como nosotros, pero lo hacía por la mano contraria, es decir en contramano.
Entonces mi papá empieza a pasarlo con la idea de darle lugar, porque de frente, por la misma mano del que íbamos a pasar, venía otro auto.
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Desde hacía un tiempo, Nicolás y su esposa Andrea Olmedo habían emprendido con un negocio de comidas para llevar; la crisis ya se empezaba a sentir en julio y el dinero comenzaba a escasear. Nicolás trabajaba en Electricidad Maza mañana y tarde, pero se hacía tiempo para los scouts y para hacer y llevar comidas con su esposa que es docente de nivel inicial que en esa época no ejercía porque estaba en lista de espera para una operación de trasplante de córneas.
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Mi papá decide pasar al auto para evitar que chocara con el vehículo que venía de frente. En ese momento, cuando lo está pasando, sentimos un toque en la parte trasera izquierda de nuestro auto. El vehículo que estábamos pasando nos tocó con su parte delantera derecha, se metió al carril que le correspondía antes de que lo pasáramos. Allí, cuando transitábamos la mitad de la subida del puente mi papá perdió el dominio del Corsa.
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Andrea Olmedo ya tiene su ojo mejor después del trasplante de córneas. Vive con sus hijos adolescentes Guadalupe y Gerónimo. Desde el 14 de julio es una mujer viuda. El recuerdo de su marido está latente en su casa y cada vez que lo evoca, su ojo recién operado comienza a humedecerse. "Era una persona muy conocida en Villa Nueva, un referente social. Empezó a involucrarse con el scoutismo de grande, desde que ingresaron nuestros hijos, y luego se convirtió en un 'papá scout'; se enamoró del movimiento".
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En el momento en que mi papá tira el volantazo, yo sentí como que mis ojos se cerraban, una sensación parecida a como cuando uno parpadea y ve una especie de luz, algo de color rojo. Después no me acuerdo de más nada. El auto cayó desde unos cuatro o cinco metros, luego supe que dio dos tumbos y quedó con las ruedas en el piso. Cuando abrí los ojos tenía mi cinturón puesto y no me veía ninguna herida ni me dolía nada.
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Andrea dice que en principio todos dijeron que era un auto gris el que chocó al de su marido. "Pero después de las investigaciones propias sabemos que se trató de una camioneta color rojo. Por eso yo subo a las redes todo el tiempo el pedido de que si alguien vio lo que pasó vaya y declare en la fiscalía. Igual que el auto que venía de frente cuyo conductor seguro que vio todo el accidente y nunca se presentó a declarar. Nosotros sabemos que ese hombre se paró un rato para ver lo que había pasado y que iba en un Gacel color claro".
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El golpe más fuerte había sido del lado del conductor, donde estaba mi papá. Lo vi con el cinturón puesto y los ojos cerrados; en el medio de la penumbra también veía la parte derecha de su cara; yo estaba corrido hacia el lado de mi puerta. Primero pensé que se estaba él desmayado intenté hacerlo reaccionar. Luego me di cuenta de que tenía mi celular en la mano y llamé al 911 y les di la dirección donde estábamos.
En ese momento no intenté reanimar a mi papá: por el scoutismo he aprendido primeros auxilios y sé que en un accidente a un herido no hay que moverle el cuello por las dudas. Yo trataba de moverme despacio por si tenía alguna quebradura o algo parecido. Después me quedé quieto y empezó a llegar gente: 'Flaco, ¿estás bien? porque te caíste desde cinco metros', me decían. Yo volvía a mirar a mi papá que estaba igual y me di cuenta de que el vidrio de su puerta estaba roto.
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La popularidad de Nicolás Demel quedó evidenciada en la avalancha de publicaciones que poblaron las redes sociales una vez ocurrido el hecho. De todos modos, la esposa del conocido boy scout, tiene para sí que en la Oficina Fiscal 18 manejan otra hipótesis del caso. "Hace dos semanas fui a ver a la fiscal Liliana Giner y me dijeron que de acuerdo con el peritaje hecho por la policía, mi esposo se había caído solo; para ellos fue una falla mecánica o una falla humana; y que tenían dudas del testimonio de mi hijo".
De todos modos, tras el accidente, algunos medios basados en información policial, hablaron de que "Policía Científica trabajó en el lugar y pudo rescatar pedazos de un paragolpes y del guardabarros del segundo coche involucrado. Tras ser analizados establecieron que el vehículo que provocó el siniestro podría ser un Citroën C3 o un Peugeot gris plata".
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Más tarde llegaron los de Tránsito y los de la ambulancia. Ya se había agolpado mucha gente. Yo seguía en el auto al lado de mi papá. Lograron bajar mi ventanilla y apareció una doctora que me preguntó si estaba bien. Le dije que sí y le pedí que revisara a mi padre. Entonces se dio la vuelta y llegó hasta donde estaba él. Vi cómo le tomaba las pulsaciones en el cuello y luego dijo algo por la radio en ese código que tienen en las emergencias.
Me di cuenta de que la doctora no hacía nada por mi padre y yo sabía que en los accidentes a los fallecidos no se les hace nada. Volvió y le pregunté si mi papá iba a estar bien. "No -me dijo- lamentablemente tu papá falleció". Yo seguía al lado de él adentro del auto y me dio un ataque y empecé a gritar tratando de agarrar un rosario que había colgado en el espejo. Me tranquilizaron, corrieron hacia atrás el respaldo de mi asiento y me sacaron del auto por la puerta trasera derecha, me colocaron en una camilla para llevarme a una clínica. Nunca vi la parte izquierda del rostro de mi padre, porque hubiera recordado esa imagen el resto de mi vida.
Sin la intervención de terceros
"De acuerdo con los informes periciales, no han aparecido pruebas científicas acerca de que el auto de Demel haya sido impactado por otro vehículo", dijeron desde prensa del Ministerio Público Fiscal en referencia a la pregunta de en qué estado estaba la causa que el viernes cumplió dos meses. Según la necropsia, Demel falleció por "aplastamiento de cráneo en el mismo momento del accidente". En ese sentido, explicaron que la información le fue dada a conocer a Andrea Olmedo -la esposa de Demel- de manera oficial. "A lo que no nos podemos oponer -añadieron- es a que ella y los allegados a la víctima sigan buscando a un supuesto responsable a través de las redes sociales".
"No más estrellas amarillas"
El 25 de febrero del año que viene -sería el cumpleaños de Nicolás- se tiene previsto pintar una estrella amarilla sobre calle Elpidio González. Esta modalidad extendida en todo el país hace las veces de recuerdo para quienes pasen por allí tomen conocimiento que en ese sitio murió una persona a causa del tránsito.
"Nuestro eslogan -aclara Andrea Olmedo- va más allá y es 'no más estrellas amarillas' precisamente para que ese tipo de muertes absurdas y evitables no ocurran más, por más que sabemos que se trata de una utopía".
La iniciativa de las estrellas amarillas surgió de la Fundación Laura Cristina Ambrosio Battistel (Córdoba). Julio Ambrosio es el fundador. Su hija Laura falleció en un accidente de tránsito y él fue el primero que realizó en la provincia de Córdoba, en 2008, la campaña de pintadas de estrellas amarillas, con el mensaje "Sé prudente, no sumes una estrella más al cielo". Busca generar conciencia y prevención sobre los altos índices de siniestralidad. La estrella también identifica una zona de riesgo en el tránsito.
