Como Gobierno, una de nuestras más grandes metas es lograr Pobreza Cero en la Argentina. Y eso es mucho más que una consigna o una promesa de campaña. Es un norte, un compromiso que nos guía en cada una de las decisiones que tomamos y en cada política que impulsamos.
Por eso la semana pasada estuve en esta maravillosa provincia junto al Gobernador y el Ministro de Agroindustria, anunciando la firma de un convenio que va a ayudar a muchos de los pequeños productores del sector vitivinícola que viven tanto acá como en San Juan.
Productores como Roberto, el hombre que nos abrió las puertas de su finca en Las Heras y nos recibió para que pudiéramos compartir este anuncio desde ese lugar que tanto ama. Roberto tiene 40 años y se dedica a sembrar las uvas, a cuidarlas, a regarlas y a cosecharlas, para después enviarlas a una Cooperativa donde elaboran el vino y luego a otra donde lo envasan.
Como la mayoría de los pequeños productores, muchos de los cuales tuve la suerte de conocer ese mismo día, trabajan a pulmón y es parte de una cadena mucho más grande: una cadena que empieza en sus manos y termina en la mesa de los argentinos y de las personas de todo el mundo que eligen nuestros vinos. Una cadena que genera trabajo, crecimiento y oportunidades concretas para muchas familias de la región.
Sabemos que en el último tiempo vienen sufriendo grandes dificultades. Que se vieron descuidados durante muchos años y por eso su esfuerzo y su trabajo no están siendo valorados como merecen. Pero también sabemos que se puede mejorar, y queremos hacerlo. Hoy nuestro país es el quinto productor de vinos a nivel mundial y el décimo exportador. Es un sector pujante, con grandes oportunidades para su gente, y nuestro rol es acompañarlos, abrir el camino y darles las herramientas para que puedan tomar impulso.
Es por esto que firmamos un convenio entre el Gobierno de la Provincia de Mendoza, el Instituto Nacional de Vitivinicultura y el Ministerio de Agricultura de la Nación, con el fin de retirar excedentes de stocks del mercado para recuperar el precio de cada producto y así ayudar a los pequeños productores para que puedan salir adelante. De esta forma, esperamos que en junio, cuando salga la nueva producción, esta actividad se recupere y permita a su gente trabajar y seguir con su día a día normalmente.
Estoy convencido de que en equipo, a través del trabajo y del motor que son nuestras economías regionales, vamos a avanzar hacia un país en el que cada persona tenga la oportunidad de desarrollarse en el lugar que haya elegido para vivir. Y sé que Mendoza, con todo su potencial, tiene mucho para aportar en el futuro de todos.