Impuesto al vino: un desafío inesperado para Cornejo y Kerchner

La euforia por el triunfo en las legislativas se diluyó con rapidez

Impuesto al vino: un desafío inesperado para Cornejo y Kerchner
Impuesto al vino: un desafío inesperado para Cornejo y Kerchner

La euforia por el triunfo en las legislativas, donde se impuso por más de 20 puntos al peronismo se diluyó con rapidez en los despachos del oficialismo. La confirmación por parte del ministerio de Hacienda de la Nación de la imposición de una alícuota del ¿10%? para los vinos y del 17 % para los espumantes puso en crisis y reventaron las alarmas que desde el sector ya se habían insinuado, pero que el Ejecutivo había desestimado.

La férrea reacción del sector vitivinícola, que incluso comparó la decisión del Gobierno nacional con la tristemente célebre resolución 125 de retenciones móviles que puso en pie de guerra al campo contra el gobierno de Cristina Fernández en 2008 (y que fue el principio del alejamiento del kirchnerismo de las capas medias y el arco productivo que lo había votado masivamente), obliga al gobernador Alfredo Cornejo a mostrar toda su capacidad de negociación y sintonía con la Nación; pero principalmente a hacer valer su voz ante el presidente Mauricio Macri y sus ministros, si como imaginó tras el triunfo del domingo 22 de octubre, pretende transitar con tranquilidad (y empoderado) el tramo final de su mandato.

Pero lo cierto es que esta inesperada complicación también arrastra a Martín Kerchner, su ministro de Economía, y hasta el momento, principal favorito en la carrera por la sucesión. Más que Cornejo, Kerchner se juega en esta partida todas sus chances de convertirse en candidato oficialista en 2019. Si en un asunto tan emblemático para Mendoza fallaran las gestiones tanto propias como las de Cornejo (pero también las del resto de la dirigencia político y empresaria), el hombre podría ver disminuidas en extremo sus aspiraciones dentro del oficialismo.

Por lo pronto, la estrategia oficial será múltiple. En principio apunta a que el proyecto del Ejecutivo nacional llegue al Congreso con la corrección total del entuerto. Es decir, dejar de considerar al vino como un producto nocivo para la salud (“algo que nos ofende, desde lo cultural, como mendocinos”, dijo José Zuccardi) y que mantenga la tasa 0 propia de los alimentos.

Si esto no se lograra, en Casa de Gobierno apuntan a que se disminuya el porcentaje otro tanto. Kerchner aseguró en conferencia de prensa que el gobierno de Mendoza ya logró que lo que en las planillas originales manejaba el ministro Nicolás Dujovne se redujera significativamente al momento de su presentación. Dijo que el 25% original, luego se pasó a un 17% que finalmente quedó en 10. Algo difícilmente demostrable, pero efectivo como argumento de defensa y táctica de huida hacia adelante. Y que incluso podría, en nuevas negociaciones, reducirse un poco más antes de su estudio final en el Parlamento.

Justamente allí, en esa tercera etapa, están cifradas las esperanzas de terminar de sepultar este intento que daña a la actividad vitivinícola, pero también a la economía regional y por carácter transitivo, al poder político provincial. Se espera en esta instancia un frente común de todos los legisladores nacionales quienes más allá de su pertenencia partidaria se expresaron condenando la iniciativa y tildándola de “error”. Incluso, no sólo los mendocinos, también del resto de los representantes de las provincias productoras con el acompañamiento de los gobernadores y las cámaras y federaciones sectoriales.

Mientras todo ello sucede, Cornejo y Kerchner deberán enfrentar una complejidad adicional, la salida de su correligionario Ricardo Buryaile del ministerio de Agricultura y su reemplazo por el ex presidente de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere, un hombre de la Pampa Húmeda y al que le achacan desinterés por el destino de las economías regionales.

Una tormenta perfecta parece conformarse en el horizonte próximo de Cornejo y Kerchner. ¿Podrán desactivarla a tiempo? Por lo pronto, una frase retumba en los oídos de todos los involucrados: la del propio Macri al momento de presentar los ejes de transformación que incluye esta reforma tributaria, cuando el lunes intentó convencer a todos los presentes en el CCK que para lograr crecimiento, más y mejor empleo y empezar a desterrar la pobreza "todos tienen que ceder algo".

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