Cuando el río suena...Finalmente, Industrias Metalúrgicas Pescarmona (IMPSA) dio un paso clave en su plan de reestructurarse para salir de la crisis, con la venta de su participación en 5 parques eólicos en Brasil a Ventos de Sao Jorge Energías Renováveis, un desarrollador local. Los activos son parte del último gran contrato firmado por Impsa en el vecino país para instalar aerogeneradores hasta 2018 en 22 centrales entre los Estados de Río Grande do Norte, Ceará y Bahía, y la señal de una retirada parcial para reconcentrar sus negocios en Argentina.
Así lo confirmaron fuentes de la compañía en Mendoza. Por lo pronto, la transacción, cuyo monto ayer no había trascendido, involucra las acciones de Pescarmona en Energimp, una filial en el vecino país, y espera la autorización final del ente antimonopolio brasileño. Pero al parecer no será la única.
Es que también hay negociaciones por Santa Catarina, un complejo de 10 parques eólicos considerado en su momento el más grande de América Latina, que incrementó la potencia instalada de 4,8 megavatios a 226,8. “Estamos en eso. Pero no viene tan rápido como quisiéramos”, admitió una fuente que conoce el día a día de las decisiones del directorio de la empresa.
Ventos de Sao Jorge, una firma de energía eólica afincada en Fortaleza y propiedad del fondo de inversión Salus, es la primera en quedarse con parte del patrimonio de Impsa en Brasil. Hasta ahora, sus activos estaban en manos de WPE (Wind Power Energy), una subsidiaria controlada por Venti Luxemburgo que, precisamente, acaba de ser registrada en jurisdicción argentina como parte de un cambio de estrategia.
Los 5 parques vendidos integraban el último contrato firmado por Impsa/WPE para el desarrollo de proyectos eólicos en Brasil en 2013. Presentada como “la mayor venta en su historia”, implicó fabricar 287 generadores eólicos de 2,0 MW, equivalentes a 574 MW por aproximadamente 1.650 millones de reales, para ser entregados hasta el 1 de enero de 2018 y operados por 20 años.
Entre otras, el paquete está compuesto por las centrales eólicas de Itaguaçu da Bahía, Ventos de Santa Luzia, Ventos de Santa Madalena, Ventos de Santa Marcella, Ventos de Santa Vera, Ventos de Santo Antônio, Ventos de São Bento, Ventos de São Cirilo, Ventos de São João, Ventos de São Rafael, Ouro Verde I, II y III, Serra do Mel I, II y III, en los Estados de Río Grande do Norte, Ceará y Bahía.
A la justicia por resarcimiento
Algunos meses atrás, Impsa ya había comunicado a la CNV un informe de tasación considerado “a los fines de la transferencia de la participación accionaria en la subsidiaria Wind Power Energía S.A.”. De hecho, WPE aparecía hasta ahora como controlada por Venti, la sociedad presentada en 2013 como parte de una reestructuración financiera, y hace dos meses debió enfrentar un pedido de quiebra finalmente revertida.
Pero la prioridad es salir a flote, para lo cual un acuerdo con los tenedores de bonos que esperaban cobrar un cupón de más de U$S 380 millones sin saldar y que desembocó en el default, resulta clave. En ese contexto cobra importancia no sólo la liquidación de activos sino también la decisión de ir a la Justicia brasileña para reclamar un resarcimiento de U$S 180 millones por el costo generado ante el incumplimiento de contrato en la ejecución de Santa Catarina.
La demanda parte de una deuda de unos U$S 700 millones generada a 30 meses desde la finalización y puesta en marcha del parque eólico. Resulta determinante, junto con el cobro pendiente por el proyecto Tocoma en Venezuela, para explicar el estado de las acreencias de Impsa en el exterior.