La semana del 20 al 27 de febrero será clave para el futuro de Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A. Según acaba de aprobarlo la Justicia Concursal de Mendoza, en esas fechas transcurrirán las asambleas con los tenedores de ON (Obligaciones Negociables) que la llevaron a un default de más de 2 años, y en el seno de la compañía confían en ponerle finalmente el broche de oro a una larga negociación con la aprobación final del Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE).
El objetivo es, como pretende Enrique Pescarmona y su equipo, llegar a marzo con todas las aprobaciones de rigor para así concretar la recomposición accionaria.
Cabe recordar que la salida del default empezó a tomar color entre setiembre y noviembre de este año, tras consensuar la cesión de un 65 % a bonistas particulares, Fondos de Inversión y bancos nacionales e internacionales como forma de cancelar un pasivo de más de u$s 1.100 millones.
De acuerdo al cronograma que la empresa propuso, la titular del 2do Juzgado de Procesos Concursales, Gloria Cortés, le dió el visto bueno a las asambleas se repartirán en dos jornadas.
Para homologar el APE, la jueza Cortés le exije a Impsa que un 66% de los bonistas lo refrenden. A ésta altura, a la compañía le falta un trecho; ya se aseguró entre 55 y 60% de adhesión y que las asambleas tengan fecha es un factor más de presión para apurar el porcentaje mínimo.
Los primeros en firmar fueron el Banco Nación y algunos tenedores particulares argentinos. Pero la discusión se volvió más áspera con algunos organismos financieros internacionales como el BID, cuya pata privada había iniciado paralelamente una demanda contra Impsa ante la Justicia estadounidense por un préstamo impago de u$s 170 millones.
Nacionales y extranjeros
Durante el lunes 20 de febrero, desde las 9 y hasta las 19, en la planta de Impsa en la Zona Industrial de Godoy Cruz, se darán cita los bonistas para participar sucesivamente de 7 asambleas de acuerdo a la serie de Obligaciones Negociables con vencimiento 2020, cuya primera liquidación Impsa no pudo afrontar en 2014. Se trata de las clases I, VIII, IX, X, XI, XII y XIV.
La última asamblea corresponde a la serie internacional que colocó WPE (Wind Power Energy) International Coöperatief U.A, subsidiaria de Impsa en el exterior.
Y que según lo informado por Hernán Iglesias, responsable de Relaciones con el Mercado, tienen “características distintivas de las otras emisiones locales”, se celebrará, el 27 de febrero de 2017 a las 10 en la misma matriz mendocina, previa difusión en algunos medios extranjeros como el Financial Times.
Desde el holding niegan que la transferencia corra riesgos, aunque restan algunos bancos más “duros”. “Faltan algunas firmas más vinculadas a cuestiones burocráticas, está todo encaminado. Somos muy optimistas en cumplir con el cronograma y poder llegar a marzo con la aprobación final”, adelantó Juan Carlos Fernández, CEO de Impsa.
Historia y futuro próximo
Después de todo, las asambleas pueden considerarse una bisagra. A continuación a la multinacional mendocina le restarán un par de casilleros hasta el final de juego: tras la emisión de nuevos bonos, los pasos siguientes son constituír el fideicomiso depositario del 65% que le cederá a los hasta ahora acreedores y futuros socios, para finalmente iniciar el traspaso de las acciones.
Lo cierto es que a Impsa le costó tentarlos. A mediados de 2015 la primera oferta fue por el 25% del paqute accionario, que elevó y mantuvo en 40% entrado el 2016. Pero lo que destrabó el convenio final al cabo del proceso iniciado con el default el 15 de setiembre de 2014.
Más allá de que todo apunta a que Enrique Pescarmona y su familia pasen en 2017 a ceder el control del holding para quedarse con un 35%, el mensaje aparece inalterable.
“El objetivo de este proceso consiste en asegurar la continuidad de las operaciones de la empresa y recuperar el valor para todos las partes involucradas”.