Para quienes no están familiarizados con las impresoras 3D, su tecnología resultará más cercana a escenarios sacados de películas de ciencia ficción que a nuestra realidad cotidiana. Y es que la idea de poder imprimir piezas dentales o miembros prostéticos en 3D resulta increíble en un primer encuentro.
Lo cierto es que las impresoras 3D, que existen desde 1980, han llegado para revolucionar el campo de la medicina, proponiendo un cambio que marcará un antes y un después en la forma en que se resuelven diversas complicaciones de salud, mejorando la calidad de vida de los pacientes considerablemente. Actualmente se hace uso de esta tecnología en un sinnúmero de casos, sin embargo los expertos aseguran que el cambio más revolucionario está por llegar.
Docenas de hospitales en países del primer mundo están haciendo los primeros experimentos con impresoras 3D, mientras investigadores trabajan en nuevas aplicaciones para esta sorprendente tecnología: la impresión de tejido humano y órganos.