Importancia del plan apícola regional

Para muchos mendocinos, especialmente quienes residen en el área de secano, la producción de miel constituye una de las escasas posibilidades económicas. Sin embargo, el solo hecho de que esos productores actúen en forma independiente les genera mayores costos en la adquisición de insumos y paralelamente los debilita a la hora de defender el precio de sus productos.

La miel que se produce en Mendoza tiene como destinos el mercado interno y el de exportación. En este último caso hubo un incremento constante en los valores exportables, que alcanzaron 1,9 millón de dólares en 2006 y 2,2 millones de dólares en 2008, según las cifras aportadas por ProMendoza, la que destaca que los principales destinos de la producción local son Alemania, Estados Unidos e Italia, en ese orden.

Fueron las propias comunas de las zonas desérticas las que incentivaron a los habitantes a incursionar en la actividad apícola. La zona que alcanzó mayor trascendencia fue Lavalle, donde sus habitantes se dedicaron a la producción de una miel que ganó prestigio internacional por la calidad alcanzada, como consecuencia de que las abejas se proveen de la floración del algarrobo. La comuna departamental -una actitud similar adoptó la de San Carlos- impulsó a los productores a unirse a través de cooperativas para defender los precios de sus productos y reducir los costos de producción, conformándose verdaderos polos productivos que beneficiaron a centenares de familias.

Por distintas circunstancias, especialmente climáticas, los productores deben sortear severos inconvenientes. Es el caso de lo que sucedió el año pasado, cuando los fuertes calores afectaron la producción de miel y de un rendimiento histórico de 20 a 25 kilos por colmena se pasó a 12 o 15 kilos y sólo se salvó la producción en el Valle de Uco, donde las lluvias favorecieron la floración de las pasturas y de los cultivos de orégano.

A esos aspectos naturales se les suman los económicos.  Al decir de los propios productores, el precio de la miel cayó de 9,20 pesos el año pasado a los 8,20 de promedio este año, denunciando la actitud de los acopiadores, que especulan con el costo del flete y con la competencia de otros países en los mercados externos.

Destacaron además que también se ven afectados por el hecho de que el dólar se mantiene planchado y los costos internos se incrementan por la inflación, y expresan, a modo de ejemplo, que en 2009 el precio de la miel era de 2 dólares y el del azúcar -que se utiliza en invierno como alimento y en primavera para desarrollar los núcleos- tenía un valor de 130 pesos en 2009 y de 250 pesos en la actualidad, mientras la miel sigue cotizándose a 2 dólares.

Frente a ese marco de situación, cobra importancia el reciente lanzamiento de un Plan Apícola Regional para toda la zona de Cuyo que involucrará a más de 1.500 productores, en su gran mayoría chicos, que elaboran un total de 2 mil toneladas de miel por año. La iniciativa contempla como objetivos principales aumentar las unidades productivas, fortalecer el trabajo asociativo, diversificar la producción e incrementar el valor agregado en origen, mejorando la comercialización de los productos en los mercados. También prevé la implementación de planes sanitarios, la construcción de salas comunitarias para la extracción y fraccionamiento y la adquisición de maquinarias y herramientas para el uso colectivo.

Una medida atinada para un sector que necesita del apoyo y la incentivación hacia la integración, evitando que la actividad individual sea aprovechada por los acopiadores, que terminan quedándose con la parte más grande en la cadena de comercialización.