En una valiosa nota realizada por el suplemento Fincas del sábado 23 de febrero al productor y empresario Juan Viciana, se verifica la importancia que tienen los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA). Viciana es miembro del “CREA Mendoza Los Andes”, con más de 30 años de existencia. Allí nos habla sobre la larga experiencia de esta forma de asociación con positivos efectos sobre la producción agropecuaria.
“Este sistema hace más fácil el tránsito por una crisis. Si yo me encierro en mi empresa no sé si consiga una solución. En grupo todo es más llevadero, aún esta crisis tan profunda. Uno no se siente tan solo”, dice el entrevistado.
Señala por otra parte que los CREA constituyen un modelo de asociativismo libre y voluntario, que se relaciona con otras instituciones privadas y/o públicas, como el INTA, distintas universidades, empresas vinculadas al agro con fuerte participación en investigación y desarrollo.
Luego explica la forma de trabajo que consiste en una reunión mensual realizada en la finca de unos de los socios que dura todo el día y comparten experiencias, éxitos, decepciones e ideas comunes.
Sin duda la base del buen resultado de los CREA es la confianza mutua entre sus miembros, la generosidad con lo que cada uno sabe y hace. Las reuniones tienen formato, con sus tiempos, incluyen ronda de novedades, presentación de la empresa donde se realiza la reunión, almuerzo, recorrido de la finca, trabajo grupal, conclusiones y finaliza con temas institucionales.
Es muy interesante recorrer la carpeta que el empresario debe presentar al grupo y sobre la cual se trabaja. Incluye misión, visión y objetivo de la empresa, una descripción precisa de la misma, con croquis, cultivos, producción por fracción. Información económica de costos y resultado operativo, relación costo/rendimiento. Información técnica, que incluye producción histórica, por variedad y rendimiento, precipitaciones en la finca, uso de herbicidas, tratamientos fitosanitarios, planilla de labores anuales, precio de venta y destino de la uva.
O sea, poner la realidad sobre la mesa, no palabras.
Cabe apuntar que cada grupo CREA contrata los servicios de un Ingeniero Agrónomo, que asiste profesionalmente a los miembros y es parte importante de la Jornada.
Particularmente interesante es recordar brevemente la historia de los CREA, para entender el notable desarrollo alcanzado. El primer Consorcio se creó en 1957, impulsado por el productor agropecuario Pablo Hary en provincia de Buenos Aires. Se basó en el modelo de Centros de Estudios Técnicos Agrícolas, que existía en Francia. La labor de Pablo Hary impulsando los CREA por todo el país es notable, llegó a comprarse un pequeño avión, que el mismo piloteaba, para recorrer los grupos y los campos de sus miembros.
Son los valores que sostiene la institución los que le dan fuerza y cohesión. Ellos son integridad: mantener la coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Compromiso: es aquello que nos mueve a aplicar nuestra capacidad, esfuerzo y entusiasmo para llevar adelante nuestras responsabilidades. Respeto: disentimos, pero siempre en un marco de respeto. Trabajo en equipo: ejercicio del diálogo, el intercambio y la búsqueda de consenso que permite lograr ideas superadoras y resultados de excelencia. Solidaridad y generosidad: pensar y actuar según la necesidad de los demás, buscando aportar un beneficio a través de nuestra intervención desinteresada. Búsqueda de la excelencia: ninguna meta es definitiva.
La organización trabaja en base a cuatro pilares básicos. Ellos son: Experimentación: para que las empresas socias mejoren su productividad y estén a la vanguardia de los cambios y la tecnología. Capacitación: técnicas, metodológicas, empresariales. Transferencia: CREA transfiere su experiencia al medio y así colabora con el desarrollo del sector agroalimentario. Integración a la comunidad: diseñando espacios de diálogo con el entorno donde está cada grupo.
