Fue un festival de goles y buen fútbol regaló anoche Montecaseros frente a Sportivo Balloffet. El conjunto del Este provincial goleó a los sanrafaelinos 5-0 y se subió, transitoriamente, a la cima de la Zona 11.
Balloffet no tuvo ni la opción de acomodarse en el campo de juego. Montecaseros decidió que no iba a dejar que se le complicara la noche y abrió el marcador apenas habían pasado 3’ del inicio mediante López.
Enseguida amplió Herensperger y Marchetti y Aguilera pusieron el 4-0 pasada la media hora de juego. A esa altura, la visita solo era un cúmulo de voluntades sin orden y sin una idea firme para sostener la propuesta de pelota al piso con que llegó al Este provincial.
El local decidió dónde jugar y las condiciones sobre cómo hacerlo. Herensperger y Marchetti, a los que se sumaba Aguilera, se encargaron de darle circulación. El poder ofensivo fue notable ante un rival que se desordenó apenas recibió la primera estocada mortal. Nunca pasó sobresaltos el local y Mocayar fue un espectador.
Para el complemento, más allá de las ganas que mostró Balloffet por remontar la historia, Montecaseros no tuvo inconvenientes a lo largo de toda la etapa y amplió el marcador a partir de otra acción de balón parado que empujó a la red Berardo. Mocayar siguió siendo un espectador de lujo y el partido se jugó todo el tiempo en campo de la visita. Encima se fue expulsado Gutiérrez. De mal en peor y condenado a bajar de categoría.
Mientras, el “Lobo” se quedó encantado con su rendimiento y sueña con algo más que clasificar a la próxima fase. Balloffet no tuvo ni la opción de acomodarse en el campo de juego. Montecaseros decidió que no iba a dejar que se le complicara la noche y abrió el marcador apenas habían pasado 3 del inicio del encuentro mediante López.
Enseguida amplió Herensperger y Marchetti y Aguilera pusieron el 4-0 pasada la media hora de juego. A esa altura, la visita solo era un cúmulo de voluntades sin orden y sin una idea firme para sostener la propuesta de pelota al piso con que llegó al Este provincial.
El local decidió donde jugar y las condiciones sobre cómo hacerlo. Herensperger y Marchetti, a los que se sumaba Aguilera, se encargaron de darle circulación al balón y, sobre todo, buen destino final. El poder ofensivo fue notable ante un rival que se desordenó apenas recibió la primera estocada mortal. Nunca pasó sobresaltos el local y Mocayar fue un espectador de lujo.