Por diseñadora de interiores Noelia Serna
Las sombras, la claridad y los espacios tenues contribuyen a crear distintos tipos de ambientes en función de las necesidades de cuartos en los que también se proyectan otras actividades además del descanso.
Una habitación bien iluminada se ve, funciona y se siente mejor. La diferencia, tan simple, la hace la luz interior. Hoy, en muchos cuartos se busca tener nuevas zonas de uso además de colocar una cama. Se generan espacios de lectura, trabajo o televisión por lo que la iluminación no es menor si queremos aprovechar al máximo nuestros espacios.
En este contexto, el proceso puede ser mucho más fácil cuando consideramos el tipo de luces que se necesita, las funciones de su espacio y la cantidad de claridad que será necesaria en cada parte de la habitación.
En esta nota, detallamos algunos ítems útiles a tener en cuenta para tu dormitorio.
COLGANTES NOCTURNAS
Las lámparas de noche colgantes del techo son un buen recurso que aliviana el ambiente y le aporta vanguardia y estética.
ILUMINACIÓN LED
Puede utilizarse tanto en las paredes o en el mobiliario. Brindan luz indirecta y generan gran calidez.
POR SECTORES
Iluminar paredes y techo anula sombras y logra un aspecto relajante.
RINCONCITO
Luz puntual sobre espacios específicos como mesa de trabajo o espacio de lectura da un toque a algunos sectores.
CLARIDAD
Buena luz general y natural como base para todo el cuarto es un punto importante a tener en cuenta.
ATENUAR
Dimerizar la iluminación del cuarto es un gran aporte que ambienta, ya que nos permite regular la intensidad de la luz y generar mayor serenidad.
DETALLE ÚTIL
Otro tipo de iluminación que hay que considerar es la funcional. En este caso, una que no se tiene mayormente en cuenta como es la luz dentro del ropero. Iluminar su interior puede marcar una gran diferencia en cuestiones prácticas y, para ello, es recomendable usar cintas LED debajo de las repisas o compartimentos de la ropa.
Una habitación bien iluminada se ve, funciona y se siente mejor.
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