En el fútbol existen varios tipos de jugadores. Están los aguerridos y que levantan los aplausos de la platea porque corren todo el partido y si es necesario trabar con la cabeza, lo hacen.
También existe la raza de los goleadores. Son esos que no la tocan en todo el partido, pero cuando les queda una dentro del área la manda a dormir entre las redes.
Y también aparecen los “positivos”. Son esos jugadores que suman para el grupo y que aportan las bromas, el buen ánimo y el positivismo, pero que también juegan y rinden. Entre esos jugadores entra Ignacio Irañeta, un futbolista que no tuvo muchas chances de jugar en
Independiente Rivadavia, pero que cada vez que ingresó rindió como pasó el último sábado en Mataderos.
“Nacho” es de esos jugadores que son positivos, aún en las crisis... por eso no dudo ante la consulta en seco.
-¿Se salvan?
-Nos salvamos, estoy confiado... vamos a sufrir hasta la última fecha, pero estoy seguro que nos quedamos.
Así es Irañeta, un jugador que no da nada por perdido, como aquella pelota ante Nueva Chicago, cuando el partido se moría.
-¿Qué se siente hacer un gol en el último minuto?
-Es un desahogo total, para el jugador de fútbol, sea el puesto que sea, lo más difícil es entrar en el segundo tiempo y hacer un gol. A eso sumale el valor que tiene por la situación en la que estamos, porque además de la alegría personal le hacen un bien al equipo y a la gente.
-¿Cómo hacés para mantenerte motivado, teniendo en cuenta que no te toca jugar mucho?
-Va en la personalidad de cada uno. Soy una persona alegre, que se la pasa jodiendo a mis compañeros, pero cuando tengo que entrenar lo hago a full, siempre dije que no soy un “tocado por la varita” y por eso tengo que estar bien físicamente para poder pelear un puesto, por eso siempre estoy preparado.
-¿Esas personalidades alegres son las que hacen falta en este momento de Independiente?
-Se necesitan personas positivas. Es como en cualquier trabajo donde hay un compañero que vive enojado o tiene mala onda, eso se contagia y puede ser perjudicial porque no trabajas cómodo, hay que tener buena predisposición y entender que si no te toca jugar es por una decisión del técnico o porque hay jugadores que están mejor que vos.
-Se vienen las fechas finales y los entrenadores necesitan jugadores que entren y rindan, por más que no jugaron mucho en el torneo.
-Siempre apoyo desde donde me toca; el sábado me tocó hacer un gol y capaz que el domingo el técnico se inclina por otro jugador y no me toca jugar, más allá de sentir bronca, nunca lo voy a decir y me voy a encargar de apoyar y alentar. Ojalá que me toque jugar, estar en el banco o jugar cinco minutos, lo importante es estar.
-¿Por qué creés que se pueden salvar?
-Porque estamos dando la remontada a tiempo, porque empezaron a caerse equipos que pelean con nosotros y porque en Mataderos vi movimientos y una actitud del equipo que me dejaron muy ilusionado.
La cábala de la camiseta tricolor
“Yo no creo en las cábalas, pero con la camiseta tricolor está pasando algo”, asegura Irañeta cuando se le consultó por los triunfos que consiguió el equipo con ese equipamiento.
Además tiene un plus, porque el último gol de “Nacho”en el torneo fue el año pasado ante Estudiantes de San Luis... ¡¡¡con la camiseta tricolor!!!
“Mi último gol fue ante Estudiantes de San Luis el año pasado y fue con esa camiseta, así que hoy le dije a los muchachos que no la ocupemos en la Copa Argentina y que la guardemos para el domingo ante Argentinos”, confesó.
Ya dejando en claro que no cree en este tipo de cosas, los últimos resultados hicieron que revea su postura y, de a poco, se va encomendando a los placeres y martirios de ser cabulero: “En este tipo de instancias hay que agotar todo y si tengo que creer en las cábalas lo haré, todo sea por el bien del equipo. Está fuerte esa camiseta”, cerró Irañeta.
Su relación con Agustín Vila
La situación de Irañeta en el plantel no fue cómoda apenas asumió Agustín Vila, ya que el presidente y el jugador tienen una amistad de años.
Si bien nunca se lo preguntaron, “Nacho” intentó mantener este dato lo más oculto posible y hasta pensó en irse de Independiente para no generar polémicas.
“Cuando Agustín asumió como presidente no sabía que hacer, tenía ganas de irme porque era una situación incómoda porque es mi amigo hace muchos años, pero mis compañeros me dijeron que me quedara”, aseguró el futbolista.
Una de las primeras cosas que tuvo que hacer Irañeta fue hablarlo con sus compañeros para que sepan de la situación: “Les conté a mis compañeros de mi relación con él y lo entendieron. Nunca me dejaron de lado o no me contaron más nada. Nunca contaría una intimidad del plantel o no les contaría una intimidad de Agustín al plantel porque no corresponde, ni en este ámbito ni en ninguno”.
Esta amistad sólo le trajo un inconveniente con un hincha, pero terminó todo bien: “Una sola vez un hincha me dijo al al respecto y me tomé el tiempo para explicarle como era la situación y después me pidió disculpas. Nunca tuvimos inconvenientes con ese tema. La clave de todo eso es el rendimiento: si vos entrás y rendís no tienen nada que decir”.
Su regreso: dejó el fútbol, pero volvió con todo
Hace un par de años, Irañeta dejó el fútbol porque no se sentía cómodo.
“Soy un agradecido del fútbol, pero hace dos años dejé de jugar porque el ambiente es complicado y me cansé. Después me llamó Sergio Scivoletto y me preguntó si quería volver a Gutiérrez, que estaba jugando el Federal B, y decidí volver y por suerte salió bien”, cuenta Nacho con un dejo de nostalgia.
Este ambiente y sus presiones hacen que los jugadores decidan dejar la práctica activa, buscando un poco de tranquilidad, pero Irañeta aprendió a tomarse el fútbol de otra manera: “Hace un tiempo empecé a tomarme el fútbol de otra manera: disfrutar un poco más y preocuparme menos, eso sí, siempre entrenando a full”.
