A sus 29 años, Ignacio Irañeta está viviendo uno de los momentos más importantes de su carrera futbolística. “Me siento muy bien desde lo físico”, cuenta el hombre en el que Martín Astudillo depositó la confianza para reemplazar al lesionado Diego Cardozo.
Irañeta no es titular desde enero pasado. “Ha pasado mucho tiempo, en ese partido jugamos con tres en el medio y me pegaron un baile bárbaro”, recuerda así Nacho el partido ante Villa Dálmine, donde sólo jugó 45 minutos.
En el entretiempo, Pablo Quinteros decidió sacarlo para que ingrese el Oveja García. Era otro equipo y otro momento. Hoy Independiente Rivadavia es el único líder de la B Nacional y el equipo tiene otra presencia.
“Es un poco más sencillo jugar ahora, estamos mejor de la cabeza. Hoy entrás a un equipo donde todos rinden bien y el contagio es para bien. Es difícil ganarse un lugar en un equipo tan sólido. Lo mío pasa por aportar mi mejor esfuerzo hasta que se recupere Diego (Cardozo), él es uno de los goleadores del equipo y está bien. Yo arranqué último, pasé a estar dentro de los 18 y hoy soy el primer cambio; estoy muy contento”, cuenta.
“Tuvimos momentos de muy buen fútbol y otros donde jugamos muy mal; hay que decir la verdad”, dispara y no se achica. Es consciente que el Azul debe mejorar mucho todavía. ¿Tiene con qué pelear arriba? “Yo soy muy optimista pero hay que ser realista: estamos últimos en los promedios. Cuando logremos salir de los últimos cuatro puestos vamos a jugar sueltos”.
Nacho ya se imagina el partido de mañana ante el Bicho. “Nos quieren quitar la punta, somos del Interior. Va a ser un partido muy complicado, ojalá aparezcan los espacios y podamos imponer nuestras condiciones. A ellos los exige su historia”, concluyó.
