Puerto Madryn es mar. No en vano es la Capital Nacional del Buceo. Aquí la vida se rige por lo que sucede agua adentro. Antítesis de ciudades que emergen dando la espalda a sus espejos de agua, como la Barcelona preolímpica o Buenos Aires y su Río de la Plata, Puerto Madryn vive un idilio centenario que parece no tener fin.
Durante la hora de viaje que separa el aeropuerto de Trelew de Puerto Madryn, la estepa domina el horizonte. Sólo la línea recta de asfalto interrumpe el paisaje. Parece la escena de una película de Carlos Sorín. Es la Patagonia y se respira soledad. Detrás de una curva -probablemente la única del trayecto- aparece la ciudad. Ahora el mar y el Golfo Nuevo son dueños de todas las miradas. Más tarde, también, de todas las conversaciones. No hay dudas, Puerto Madryn y su gente están enamorados del mar.
Desembarco galés
El 28 de julio de 1865 el velero galés Mimosa ancló en Puerto Madryn. Alrededor de 150 personas desembarcaron y con ellas comenzaba a cumplirse el plan del gobierno argentino de poblar la Patagonia. “El agua calma del Golfo Nuevo fue la razón por la que desembarcaron en Madryn” dice Fabiana Rodríguez, porteña de nacimiento, madrynense por elección y guía del paseo. Hoy -a pocos metros del Monumento al Indio y a orillas del agua- se pueden apreciar las cuevas donde se instalaron los primeros asentamientos.
Los galeses no venían guiados por la fiebre del oro que dominó en algunos territorios de América. No eran aventureros, ni tampoco exploradores ansiosos de fama. Perseguían la libertad que el Reino Unido de aquel momento les negaba. Buscaban un lugar donde se respetara su idioma, sus costumbres, su religión. Quizá por haber vivido la opresión de un gobierno que consideraban ajeno, lograron convivir armoniosamente con los pueblos originarios de la región, aquellos que el gobierno argentino de ese momento quería eliminar.
Emanuel Pistara es fotógrafo y con 28 años ha vivido en Madryn la mayoría de su vida. No es necesario que diga que desciende de galeses; su pelo rojizo, sus ojos azules y su piel blanca ya lo dicen por él. Cuenta que, sin embargo, no siempre todo fue color de rosas.
“Rompen relación con la comunidad nativa por culpa de una ayuda que les hace el gobierno argentino. Les dan ropa por el frío que pasaban y era ropa en desuso del ejército. Cuando los nativos ven que vestían como aquellos a los que combatían la relación se deteriora un poco” dice. ¿Moraleja? Conocer (y respetar) los códigos de vestimenta.
Pesca artesanal
Analía De Francesco empezó a pescar a los 5 años junto a su papá. Hoy, con dos hijas pequeñas admite que le cuesta encontrar tiempo para realizar esa actividad. Sin embargo cuando puede se escapa al mar, aunque sea de marinera de la embarcación, no le importa. En Puerto Madryn, la pesca artesanal es -muchas veces- un oficio familiar que se transmite de generación en generación y la modalidad de pesca por buceo es una práctica extendida entre aquellos que viven del mar.
José Rodríguez empezó a pescar junto a sus hermanos. Hoy se dedica a tiempo completo y durante el verano, cuando sus hijos no van a la escuela, también se suman al oficio familiar. Los buzos pueden llegar a estar sumergidos hasta 4 o 5 horas. “Lo que aguante el cuerpo” dice José y agrega que también depende de la profundidad que es lo que limita el tiempo de buceo. El oxígeno lo reciben a través de un tubo que sube hasta la superficie y al que llaman narguile. Cada buzo se sumerge con una red atada al cuello para recolectar los mariscos.
Una vez que está llena, el marinero les provee otra vacía sin necesidad de que ellos tengan que salir del agua.
La vida submarina tiene sus particularidades: “Los primeros años de buceo dejaba de pescar y salía detrás de las ballenas alucinado” dice José. “Después es algo normal y -a veces- también un estorbo, porque tenés que dejar la actividad y esperar a que se vayan”. El buzo corre el riesgo de que la ballena se enrede con su manguera y lo levante como un barrilete, explica. Como la mayoría de los madrynenses, José se sabe un afortunado del entorno natural que lo rodea: “Ir sentado en la lancha, con el mar hecho un aceite y amaneciendo es algo por lo que mucha gente pagaría. Para nosotros es cotidiano”.
El mar en la mesa
“Nuestra identidad es el mar” dice Paul Giles, sommelier y dueño de la vinoteca El Descorche. A continuación relata su proyecto de Vinos Hundidos, una cava subterránea donde las botellas se conservan en la oscuridad del fondo del mar y es que en Puerto Madryn nada se concibe sin la presencia de ese gigante azul.
La gastronomía, por supuesto, no queda de lado en esta ecuación y es aquí donde se pueden probar productos únicos, como el langostino patagónico. En Madryn, el mar y sus productos se llevan a la mesa. Eso es lo que ha hecho Gustavo Rapretti con En Mis Fuegos, un restaurante signado por la cocina de autor y los sabores patagónicos.
No se trata sólo de mariscos y pescados; en sus platos también se pueden probar algas marinas o la flor de sal de Camarones, un cultivo natural que se cosecha del mar en esa localidad chubutense. “Si vivimos acá, tenemos que ofrecer productos de acá” sentencia Gustavo.
Estos ingredientes luego se traducen en platos como el revuelto de langostinos, salicornias y wakame o el salmón blanco. Aunque no todo son platos de mar, la paletilla de cordero (estamos en la Patagonia ¿no?) o la entraña de ternera marinada al tomillo son otras de las tentadoras opciones.
Un hecho único
Como no podía ser de otra manera, la simbiosis de Madryn y el mar se traslada también a la Semana Santa. Al tradicional Vía Crucis del Viernes Santo que se lleva a cabo en diferentes lugares del país y el mundo, Madryn le imprime -desde 2001- su particular sello. Se trata de un trayecto submarino -en total tres estaciones- y cuentan desde hace cuatro años con la bendición del Papa Francisco.
La iniciativa conlleva una logística compleja que, año a año se perfecciona. En éste, por ejemplo, se incorporó un hilo de luz a la cruz que se sumerge para que se ilumine debajo del agua. Así, buzos, nadadores y personas en kayak se reúnen a orillas del muelle Luis Piedrabuena, mientras esperan a la procesión que recorre las calles de la ciudad. El muelle, a su vez, se transforma en la platea del público que, entre creyentes y curiosos, se reúne para ver el despliegue escenográfico que concentra a cientos de personas cada año.
Mediante un hidrófono se transmiten las estaciones submarinas. Ricardo “Pinino” Orri buzo, guía ballenero y hombre de mar es quien, desde que el cura Juan Gabriel Arias se fue a misionar a Mozambique, realiza las estaciones abajo del agua. Con traje de buzo, escafandra y túnica, Pinino -como lo llaman todos en Madryn- desciende en una jaula al mar. Aunque laico, la gente lo confunde con un sacerdote y no repara, una vez que está fuera del agua, en pedir bendiciones y consejo.
Nacidos y criados, venidos y quedados
Hay preguntas que acompañan a determinados lugares. En Puerto Madryn el ¿de dónde sos? y ¿hace cuánto tiempo vivís acá? Se repiten en las conversaciones como un mantra. Es un primer filtro para diferenciar a los venidos y quedados (VyQ) de los nacidos y criados (NyC). Paul Giles -porteño que se afincó hace diez años en la ciudad- realizó un blend patagónico que rinde homenaje con su nombre –NyC- a aquellos habitantes que han nacido y decidido permanecer en este territorio. Con una población que en 1980 rondaba los 25 mil habitantes y en el último censo se reportaron 100 mil no cuesta mucho darse cuenta que los VyQ han hecho lo suyo en la ciudad. Industrias como la del aluminio y el turismo han ayudado a poblar a Puerto Madryn. Sin embargo, como esos galeses que encontraron en las aguas quietas del Golfo Nuevo un lugar para desembarcar, el mar de Madryn es el gran responsable de que nacidos y criados y venidos y quedados hagan de esta ciudad su hogar.
Datos útiles
Cómo llegar
Aerolíneas Argentinas ofrece vuelos diarios a Trelew, vía Buenos Aires.
Andes ofrece vuelos a Puerto Madryn, vía Buenos Aires.
Dónde comer
En Mis Fuegos
Gustavo Rapretti, creador de la feria gastronómica de Madryn al Plato, es el chef detrás de este restaurante. Hay menú degustación o a la carta. Aquí se ofrecen platos de autor donde preponderan los sabores patagónicos y son ineludibles las influencias mediterráneas. Desde $ 290.
Avenida Gales 32. Tel: 0280 4458740.
www.gustavorapretti.com.ar.
Martes a sábados de 20 a 00:30.
El Almendro
El chef Lisandro Aristarain y su mamá, Stella Díaz, son los gestores de El Almendro, un restaurante que se especializa en cocina mediterránea y que se ubica en una acogedora casa antigua cuyo árbol de la entrada da el nombre al lugar. La atención es personalizada y los anfitriones lo hacen sentir como en casa. ¿Un imperdible? El salmorejo. Platos desde $160.
Marcelo T. de Alvear 409. Tel: 0280-4470-525 / 0280-154673959. elalmendro.ucoz.com
Sara Beach
Parador de playa ubicado en la exclusiva zona sur de la ciudad. Tienen un menú amplio que incluye pastas, carnes, pescados y también menú del día. Hay que dejar lugar para el postre, vale la pena.
Platos desde $120.
Boulevard Brown 1980. Tel: 0280 429-3350. www.facebook.com/sarabeachmadryn/
Abierto mediodía y noche.
Bistró de Mar
Ubicado en plena playa posee excelentes vistas del mar. La carta ofrece pescados, mariscos, minutas y pastas. Platos desde $110.
Boulevard Brown 860. Tel: 0280 445 76 16. Mail: nauticobistrodemar@hotmail.com
Yoaquina
Las excelentes vistas al mar convierten a ese restaurante de playa en un clásico de Madryn. Ofrecen desayunos, almuerzos y cenas. Tiene zona de juegos para niños. Platos desde $100.
Boulevard Brown 1050. Tel: 0280 447-4913 . www.facebook.com/yoaquinabeach
Qué hacer
Excursión 4x4 Cerro Avanzado
Incluye paradas en las dunas, Punta Este, el área protegida de Punta Loma y Playa Paraná entre otras.
$ 650 por persona, $ 350 niños. Consultar descuentos por grupo familiar.
Argentina Visión: Avenida Roca 536. Tel: 0280 4455888. www.argentinavision.com
City tours
Fabiana Rodríguez es guía turística provincial. Ofrece city tours por Madryn, consultar precios.
Tel: 02804672737 fabianamadryn@hotmail.com
Dónde comprar
El Descorche
Ofrecen una gran variedad de vinos patagónicos. Además, productos regionales como torta galesa, sales patagónicas y especias entre otros.
9 de julio 132. Tel: 0280 445-7725