Las perchas de alambre son quizá las más fáciles de manejar a la hora de reciclarlas, porque el material con el que están hechas es bastante maleable.
Con ellas se pueden crear ganchos para colgar macetas e incluso un portarrollos de cocina muy original.
Lo bueno que tienen las perchas de madera es que podemos pintarlas con pintura de colores y asegurarnos de que el acabado nos dure mucho tiempo gracias a la buena adherencia de la madera, aunque no está de más añadir una capa de barniz para fijar. Con este tipo de perchas se pueden crear desde lámparas hasta un escurridor de cocina, pero también proyectos más sencillos como los organizadores de bijou o lentes de sol.