Sin dudas se trata de una idea excelente para aprovechar el espacio y creer un rincón donde sentirnos a gusto y disfrutar de los placeres que la literatura nos brinda.
SALA DE LECTURA vs. OFICINA
Muchos caen en la confusión y el error de asociar una sala de lectura con una oficina, y lo cierto es que las funciones de estos dos tipos de habitaciones son totalmente distintas e incluso opuestas. Una oficina es un lugar de trabajo y por ende implica estrés, tensión y el tener la mente ocupada en problemas y eventos que no son para nada placenteros.
Una sala de lectura debe asociarse con todo lo contrario. Allí debe reinar el entretenimiento, la relajación, el liberar la mente y el disfrute con aquello que más nos gusta y nos desestresa.
Esta distinción a nivel conceptual también se traslada al nivel decorativo. Una oficina debe contar con un escritorio, áreas para trabajar y estantes para almacenar papeles y archivos.
Por contrario, una sala de lectura debe estar destinada a la comodidad, por ello lo más importante son sillones cómodos, estantes para disponer los libros, buenas lámparas que faciliten nuestra lectura y artículos de decoración que hagan del ambiente una habitación cálida.
DECORACIÓN
Como dijimos las salas de lectura están destinadas a la relajación, y en ese sentido los colores que utilicemos para la decoración son muy importantes. Debemos evitar los colores fuertes o brillantes y procurar elegir tonos calmos y graduados.
Asimismo se puede optar por papeles de pared con motivos claros, florales y delicados que le den textura y dinámica a la decoración sin distraer nuestra vista de lo primordial: los libros. Las velas aromáticas son otra gran idea a incorporar en las salas de lectura ya que hacen a la calidez del ambiente y apuntan al relax.
Por otra parte es bueno agregar almohadones, puffs, almohadas y todo aquello que asociemos a la comodidad para así hacer de nuestra sala de lectura el lugar más confortable del hogar.
LO QUE DEBEMOS DEJAR AFUERA
Si queremos que nuestra sala de lectura se mantenga como un lugar especial, una suerte de santuario donde acudir cuando necesitamos descansar y despejar la mente, debemos poner condiciones y reglas que alejen las molestias de dicho recinto. El dejar la computadora y el televisor fuera es una de las ideas más adecuadas para este tipo de salas.
Ambos artefactos nos generan una suerte de adicción y por más que queramos relajarnos, si están allí seguramente caeremos en sus garras y la tranquilidad se habrá esfumado.
Debemos procurar dejar en la habitación solamente aquello que haga a la lectura y la vuelva una actividad a realizar de manera cómoda y confortable. Todo lo demás debe quedar por fuera como si existiera en la puerta una suerte de escudo protector contra todo aquello que empaña nuestra vida cotidiana y la colma de estrés.
Siguiendo estos consejos de seguro conseguirán una sala de lectura perfecta. Es bueno recordar que el hogar es el espacio en el que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo y si se trata de un sitio donde encontremos la relajación y la paz que no hallamos en nuestras rutinas, su función de hogar se cumplirá de la mejor manera.