Antes era imposible pensar en tener el ladrillo o las cañerías a la vista… ahora, no sólo nos gusta sino que ha pasado a tener un gran atractivo y un alto poder decorativo, ¿será porque nos transporta mentalmente a esos fantásticos e idealizados loft de Nueva York?
Probablemente un ambiente cien por cien de estilo industrial nos puede abrumar un poco, todavía no estamos muy acostumbrados, pero sí podemos introducir algunos detalles de este estilo en nuestra decoración. Y la cocina es el lugar perfecto para ello. Sea cual sea tu estilo, podés darle un ligero toque industrial. Veamos cómo.
El ladrillo. Para lograr un look realmente industrial lo ideal sería disponer de alguna pared entera de ladrillo a la vista, pero eso supondría tener que hacer obras. Suena caro y molesto… Pero, como para casi todo, hay una solución rápida y fácil y, en este caso, es el empapelado que imita el ladrillo visto. No hace falta empapelar toda la cocina. Hacerlo sobre un pequeño trozo de pared, como una columna o el fondo de unas estanterías, es suficiente para dar ese toque que buscamos.
El cemento. Un material que podríamos utilizarlo en toda la cocina, paredes, suelos y mesadas incluidas. El microcemento se instala fácilmente y de una forma bastante rápida, sin obra, sobre la mayoría de las superficies. Yo me decanto por ponerlo en el suelo. Las ventajas, al no tener juntas amplía el espacio y es muy limpio.
La madera. Otro de los grandes aliados para conseguir ese ligero aire industrial que buscamos. Podríamos colocarla en la mesada o en una parte de ella, pero si no queremos complicarnos mucho, podemos utilizarla en la mesa de la zona office. Si tu cocina es pequeña; ningún problema, entonces la podemos utilizar en la pared a modo de barra de desayuno o en unas estanterías de pared.
El hierro. Uno de los materiales estrella del estilo industrial y muy fácil de integrar en cualquier espacio, basta con que cambiemos nuestras sillas por unas de hierro; si son recicladas y antiguas, mejor que mejor. También podemos colocar unos taburetes de este material. Una buena opción es mezclar diferentes modelos de sillas, conseguiremos dar más dinamismo al espacio.
Pero no sólo en las sillas, el hierro también lo podemos introducir colocando algunos complementos, como una barra para colgar o una estantería, por ejemplo.
La iluminación. Las lámparas de metal son las perfectas para este estilo. Colgantes, apliques de pared… Mejor si son en negro, aunque cualquier color es válido. Las lamparitas con un sencillo portalámparas también son una alternativa muy acertada y, además, una tendencia muy actual.
El negro. Es el color estrella del estilo industrial. Para integrarlo podemos pintar los frentes de los muebles o solamente algunos de ellos, los inferiores por ejemplo. Si la cocina es oscura, mejor utilizarlo únicamente en algunos complementos, como las sillas o las lámparas mencionadas antes o en unas estanterías. Una posibilidad más, utilizarlo en los electrodomésticos.
El acero inoxidable. Otro clásico del estilo y de los más fáciles de aplicar, en los electrodomésticos, por ejemplo. Si queremos más personalidad, un carro con ruedas de acero inoxidable puede ser la clave. Un toque industrial que además de aportarnos más espacio para guardar, nos permitirá tener una superficie de trabajo extra cuando sea necesario.
Si la cocina es pequeña, unas estanterías de acero inoxidable también son perfectas.