Cody Gregg deambulaba por un vecindario industrial al suroeste del centro de Oklahoma City el 12 de agosto cuando la policía lo vio. Según se supo, los oficiales notaron que el vagabundo, sin camisa y vestido con mochila, no tenía luces traseras en su bicicleta. Intentaron detenerlo, pero aceleró su pedaleo para luego abandonar la bicicleta después de unas tres cuadras y salió corriendo.
Finalmente los agentes policiales lo alcanzaron al joven y exigieron registrar su mochila, encontrando una gran bolsa de plástico transparente con polvo blanco dentro de una lata de café.
La policía concluyó que la sustancia era cocaína y acusó a Gregg de un delito grave.
La semana pasada, después de pasar casi dos meses en la cárcel, el joven de 29 años se declaró culpable de posesión de cocaína con la intención de distribuirlo y fue sentenciado a 15 años de prisión.
Pero el jueves, solo dos días después de enterarse de su destino, Gregg volvió a la corte, esta vez para retirar su declaración de culpabilidad. Las pruebas de laboratorio habían regresado y mostraban que la sustancia blanca de aspecto sospechoso era en realidad leche en polvo.
Gregg le dijo al juez que obtuvo la leche de una despensa de alimentos. Dijo que solo se declaró culpable para poder dejar de languidecer en la cárcel del condado de Oklahoma, que ha estado plagada de problemas que van desde el hacinamiento hasta el moho crónico y una tasa de suicidios inusualmente alta durante décadas.
El viernes, el caso fue desestimado y Gregg fue liberado, según informó el Oklahoman.
No es la primera vez que un alimento básico inofensivo se clasifica incorrectamente como una droga ilícita.
En 2016, la revista del The New York Times y ProPublica revelaron que decenas de miles de personas en todo el país fueron encarceladas cada año en función de los resultados de las pruebas de drogas en la carretera que con frecuencia producían falsos positivos. A menudo, las pruebas respondían por factores ambientales como el clima o la presencia de productos químicos que se encuentran en los limpiadores domésticos. En algunos casos, la policía simplemente no entendía cómo usarlos correctamente.