Un desprevenido podría imaginarse al representante diplomático de un país en conflicto bélico desde hace casi 70 años, vestido con una guerrera, al estilo de Yasser Arafat, con su cuello envuelto en el clásico pañuelo ajedrezado árabe, que entre nosotros usan muchos jóvenes.
Y esgrimiendo un discurso combativo en defensa de su causa. Pero Husni Abdel Wahed -embajador del estado de Palestina en Argentina desde hace un año y medio- contrasta con esa imagen proyectada por las noticias en tiempos violentos.
El hombre aparece calmo y afable, con un impecable traje gris azulado y una sonrisa que invita al diálogo. Apenas ve el antiguo grabador a casete del periodista, bromea en perfecto castellano: “¡Ah, usted es de la vieja guardia, como yo, que cuando estudiaba periodismo en Cuba tuve que aprender taquigrafía!”
Por detrás de su prolijidad, de golpe Wahed desenfunda la pasión por su pequeño país, y entra en tema sin preámbulos: “La labor de un embajador es estrechar las relaciones bilaterales de su país con el país donde está acreditado -explica-, pero en el caso de Palestina tenemos un trabajo adicional, que es el de dar a conocer la situación que vivimos en nuestro territorio... O sea que tenemos un trabajo diplomático oficial y otro de comunicadores”.
-Supongo que su trabajo aumentó después de que la ONU reconoció al estado de Palestina como "Estado observador" en noviembre de 2012...
-Bueno, no es que se haya intensificado, sino que ha tomado una nueva forma, porque anteriormente al reconocimiento de la ONU tuvimos que trabajar arduamente para llegar a ese logro, y ahora que hemos sido reconocidos, es otro tipo de trabajo, aunque nos gustaría ser como los demás países y hacer el mismo trabajo que otros embajadores... Pero, como dicen, nuestro vino es agrio, pero es nuestro vino.
-Háganos una reseña de cómo fue el proceso de reconocimiento de la ONU al estado Palestino…
-En 1947, la recién creada ONU adoptó la resolución 181 sobre la partición de Palestina en dos estados, un estado judío y un estado árabe, Israel y Palestina. En esa oportunidad, se destinaba el 55% del territorio al estado de Israel y el 44% al estado de Palestina, con un 1% que sería administración internacional.
Al año siguiente, 1948, el estado de Israel se formalizó y expandió a costas del territorio del estado de Palestina. De hecho, ocupó un poco más de la mitad del territorio palestino, porque Israel se constituyó sobre el 78% del territorio de la Palestina histórica. Aquí yo no voy a hacer referencia a si esto fue justo o injusto, sólo estoy describiendo hechos.
Con la constitución del estado de Israel, la población palestina es expulsada de sus hogares, por lo tanto, casi el 80% de la población se ve obligada a vivir en campos de refugiados.
Lamentablemente, hasta el día de hoy, 69 años después, los refugiados palestinos siguen siendo refugiados, con sus hijos, nietos y descendientes viviendo en las mismas condiciones paupérrimas, infrahumanas… Entonces, el pueblo palestino emprendió una lucha para recuperar sus derechos y concretar el establecimiento de su Estado independiente y soberano.
Lamentablemente, en el año 1967 hubo un nuevo retroceso, pues Israel ocupó el 22% restante de Palestina, que son los territorios de la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental. Hoy, de hecho, Israel está anexando el 80% de aquel 22% ocupado en el año 1967, y todo el mundo reconoce que es un territorio ocupado.
El pueblo palestino ha optado por la vía pacífica, la lucha popular para recuperar sus derechos, pero lamentablemente Israel no está dejando mucho para negociar ni para dialogar.
Y esa lucha desemboca en el reconocimiento de la ONU en 2012. Argentina fue uno de los primeros países latinoamericanos en reconocernos, por lo que estamos muy agradecidos.
-Imaginemos un escenario de paz y concordia con Israel, después de años de enfrentamientos y resentimientos, ¿cómo sería?
-Para empezar, el pueblo palestino no es un pueblo resentido ni rencoroso, es un pueblo abierto que lucha por valores humanos, por justicia y libertad. Israel no debería mantener rencor ni odio hacia el pueblo palestino, porque son ellos los que usurpan el territorio de Palestina...
En todo caso, la paz, como dice un amigo mío judío, no es una providencia divina, sino que se hace con la voluntad del hombre. Así que nuestra obligación, como hombres, es llegar a la anhelada paz. El futuro es de los pueblos, el futuro es de la humanidad.
En este marco, los palestinos hemos llegado a la conclusión de que tenemos que convivir pacíficamente con el estado de Israel, y es hora de que la sociedad israelí llegue a esta misma conclusión, porque, como dijo el filósofo, un pueblo que oprime a otro pueblo no es libre. El estado de Israel y su pueblo están siendo esclavos de su propia ocupación de otro pueblo.
Por lo tanto, por el bien de todos, y como escribió nuestro poeta nacional, Mahmoud Darwish, por el futuro de nuestros hijos y el futuro de los hijos de ellos, tenemos que luchar por una paz aceptable, una paz viable, basada en el respeto mutuo y en la convivencia en dos estados, el estado de Israel y el estado de Palestina…
-¿Por qué cree usted que Israel ocupa sus territorios?
-La verdad es que Israel es una gran potencia militar a nivel mundial, algunos dicen que es la cuarta potencia mundial en ese terreno. Con la tecnología militar que tiene y que produce, no es necesaria una presencia militar directa para bombardear y matar, como lo ha hecho.
Israel no teme una amenaza palestina, simplemente está cumpliendo el rol de una potencia colonialista: dominar, explotar las riquezas, la mano de obra de otro pueblo, para luego vender en el mercado del territorio ocupado sus productos. Esta es la fórmula histórica de cualquier proceso colonialista…
La relación bilateral con nuestro país avanza
“Con Argentina tenemos convenios de cooperación técnica, de consultas políticas, y estamos trabajando otros proyectos de acuerdos, pero es una de nuestras prioridades elevar el nivel de intercambio comercial. De hecho, Palestina compra a Argentina carne y pescado, pero ese dato, lamentablemente, no figura en ningún lado como importación palestina, porque Palestina está bajo ocupación, y quien tiene control sobre los puestos fronterizos y las aduanas es Israel. Entonces, figura como importación israelí, aunque los compradores y los consumidores somos los palestinos. Sería importante blanquear ese intercambio.”
Y detalla: “También hay empresarios palestinos que tienen interés en importar legumbres de Argentina”.
-¿Qué productos le puede ofrecer Palestina a Argentina?
-Palestina tiene turismo, turismo religioso, tenemos productos similares a los de Argentina, pero en el camino seguramente vamos a ir descubriendo nuevos ámbitos de intercambio.
Tenemos bonitas playas en el Mediterráneo, en el Golfo de Aqaba y en el mar Muerto, pero la mayoría están bajo ocupación, lo que no nos permite desarrollar infraestructura turística.
Para el final, Wahed deja un mensaje que nos enorgullece: “Estamos muy agradecidos a los argentinos por su reconocimiento al estado de Palestina. Y quiero felicitarlos por su país acogedor, hospitalario y solidario”.