Se sabía que Independiente llegaba al partido con Huracán en inferioridad de condiciones, ya que no entrenaron y acarreaban una semana estresante por la deuda que reclamaron ante la dirigencia, al punto que amenazaron con no jugar ante el “Globo”.
Todo ese cóctel de situaciones hicieron que Independiente termine la temporada arrastrándose en el Tomás Adolfo Ducó y dejando que Huracán se floree y consiga un triunfo que lo habilita para jugar el partido desempate ante Atlético Tucumán para definir quien es el equipo equipo de la Zona B.
Con un “Wanchope” Ábila intratable, autor de tres tantos, el equipo de Néstor Apuzzo liquidó rápido el partido, ya que antes de los 20 minutos ya ganaba 2-0, si bien el primero del delantero estuvo viciado de nulidad por posición adelantada no cobrada por la terna arbitral.
Más allá del gol dudoso del loca, el triunfo nunca corrió peligro, ya que Independiente fue inofensivo y fue un buen partenaire para la fiesta de Parque Patricios. Fue un equipo que ya estaba de vacaciones, desalmado y con razón, ya que todo el plantel tuvo que pasar una semana bastante complicada.
En la segunda parte Daniel Garnero intentó cambiarle la cara al equipo con los cambios, pero nada parecía modificar lo que pasaba dentro de la cancha.
Así llegó el tercer tanto de Ábila y más tarde el cuarto de Moreno y Fabianesi para redondear una goleada que le permite llegar al partido definitorio con Atlético Tucumán entonado y embalado para estar entre los diez que ascienden.
En Independiente hay varias situaciones que deberán replantearse de cara a la temporada que viene, ya que hay muchos contratos vigentes pero pocas ganas de seguir.
Es que las situaciones extrafutbolísticas que se vivieron en la previa del partido y las elecciones que aparecen en el horizonte leproso, conspiran en el armado del plantel para el nuevo torneo.
Será cuestión de barajar y dar de nuevo para que torneos como el que terminó, no se repitan.