"Huracán Las Heras no es un club, es la respiración de Las Heras", dice Laura Fuertes, directora de Cultura de la Municipalidad norteña y es una frase que pinta de cuerpo entero una realidad. El fútbol es pasión no importa el color que sea, pero lo de Huracán excede los límites, a veces buenos y otras con excesos.
En el marco de los festejos de nuestro Suplemento Deportivo, le propusimos a las escuelas secundarias de la provincia participar con notas sobre la disciplina referencial de su departamento y uno de los primeros en interesarse fueron los alumnos de la escuela Panquehua de Las Heras.
De la mano de la profesora Natalia Giuliano, los chicos trabajaron sobre el fenómeno Huracán y entre los personajes que entrevistaron llevaron a Rafael Giardini,un símbolo del Globo a la escuela en donde tuvieron una charla imperdible y de la que Más Deportes fue testigo privilegiado. El Ratón, quien fue jugador, director técnico y actual mandatario de la institución explicó lo que es Huracán para un oriundo de Las Heras.
“Somos un pueblo al que se lo ha discriminado mucho y Huracán ha permitido que podamos trascender las fronteras del departamento. La gente se siente identificada y palpa que con los triunfos deportivos puede estar a la altura de otras sociedades”, aclaró quien se emociona cada vez que recuerda que su venta a Huracán de Parque de los Patricios le dio la posibilidad al club de poder tener un dinero que escaseaba allá por la década del '70.
Pero también lo hace al contar que "íbamos una vez a jugar a La Rioja y nos encontramos con unos hinchas de Huracán que iban en moto por la ruta. Paramos y subimos la moto al micro y los llevamos.
Cuando fuimos a jugar con Boca, en San Juan por la Copa Argentina, vi a hinchas de Huracán viajar con su carretela. Una cosa impensada para estos tiempos. Ese día los propios jugadores de Boca se sorprendieron al ver que había una hinchada que eclipsó a la Doce, algo que parecía imposible y esto lo dijeron los mismos jugadores de Boca", asegura quien nació en Dorrego y San Martín y desde los 8 años conoce lo que es esta pasión incomparable.
Giardini también recuerda una anécdota de esas que sólo pasan en los clubes de barrio, pero que demuestran que hay amor por lo que se hace. "La final que le ganamos a Gimnasia en el '84, triunfo que nos dio el primer título la tuvimos que jugar con camiseta prestada. Como el utilero Vargas no llegaba con la indumentaria tuvimos que salir a jugar la con la misma ropa, toda transpirada, que los jugadores de Talleres y Godoy Cruz habían utilizado en el preliminar, en la final de cuarta división. Por lo menos las camisetas que nos prestó Talleres eran todas blancas, pero los pantalones, medias y zapatos que nos facilitó el Tomba eran de distintos colores. El drama es que no había botines 45, que era lo que calzaba Fóppoli, hasta que afortunadamente apareció el pibe Rafael León, de Talleres, con un par del mismo número. Por eso en la foto del equipo todos posamos con los brazos cruzados, ocultando la publicidad que tenían aquellas camisetas. Para el segundo tiempo ya había llegado el utilero, que se había confundido con el horario".
Hasta tal punto llega la simbiosis del pueblo lasherino con sus colores, que en la última fiesta de la Vendimia departamental, los jugadores del Globo tuvieron una participación en el espectáculo y uno de los actores protagonistas estaba vestido con la camiseta del Globo.
Debido a ese inédito episodio, consultamos a Laura Fuertes sobre como surgió la idea. "La verdad que investigué mucho al respecto y cuando uno habla con los historiadores de Las Heras, cada dos palabras aparece Huracán y si te vas a los archivos históricos, el club siempre está presente en todas las cosas que pasan en el departamento.
Por eso no tuve dudas que, en un guión que resaltaba la idiosincracia lasherina, Huracán tenía que estar representado. Además, los muchachos venían de conseguir el ascenso y la gente estaba muy emocionada por ello", cuenta la autora del guión,
"El Ojo del Huracán". Ese es el nombre que lleva el documental que el realizador chileno Julio Lagos hizo sobre la hinchada del Globo.
Lagos tiene 32 años, vive en Los Andes y es comunicador visual y profesor de chicos que van a entrar a la Universidad. Un amigo mendocino, Walter Sastre (productor), lo puso al tanto de lo que era Huracán e inmediatamente vino a Mendoza para empaparse con su historia.
"Lo primero que vi fue un gran sentido de pertenencia y mucha humildad de la gente. Algo que he aprendido es que los lugares más marginados siempre acaparan más pasión que otros sectores de la sociedad", dijo Lagos. Y agregó que "todos hablan de la violencia en el fútbol, la droga, los negocios y el peligro de las barras, algo que no desmiento y conozco que sucede. Pero yo quiero mostrar la otra parte, lo lindo del fútbol, algo que se está perdiendo. Argentina es uno de los países más pasionales y sus hinchadas despiertan mucho interés en todos lados", contó en aquella oportunidad.
“Su gente, sus cánticos, el recibimiento al equipo cuando sale a la cancha y todo el estadio se pone de pie y canta... 'Globo, mi viejo amigo, esta campaña volveremos a estar contigo...', todo eso es increíble”, explicó.
El club que nació a los tiros
Huracán tiene también sus biógrafo, Rubén Lloveras, quien escribió “La historia de un grande”.
“Para explicar el fenómeno Huracán Las Heras, antes tengo que contar una pequeña historia, tal vez ahí encuentre las palabras justas y sentidas de mi pasión por mi querido Globo. Un club que nació en una barriada proletaria, la vieja Cuarta Sección, aquella denominada “Cuarta de Hierro” dueña de matones y malandras, zona regada de cabarets y prostíbulos. Ese fue el lugar de nacimiento del Club Benjamín Matienzo, lejos en el tiempo orillando los orígenes del año ‘20.
El fútbol lírico también picó para que en el departamento de Las Heras, comuna “Lencinista” por adopción, viera el nacimiento del Club Juan Gualberto Gregorio de Las Heras, ese caluroso diciembre del '25 le dio el sí y comenzó a rodar la pelota de tiento.
Los límites fueron muy bien marcados, la “Cuarta” proletaria y mafiosa, contra la rural y chacarera Las Heras, desde los mismos inicios la rivalidad fue a muerte. Los años pasaron y las dos instituciones matrices fueron mutando absorbiendo a otros clubes y cambiando sus nombres, y la rivalidad creció tanto, que en julio del ‘36 los encontró frente a frente, Matienzo ya llevaba el nombre de Huracán y Las Heras el de Unión Sport Club Las Heras.
Huracán Las heras nació de la fusión del club benjamín matienzo y Juan Gualberto Gregorio de Las Heras.
La punta y el ascenso estaban casi al alcance de la mano, el partido fue a "tiza y hacha", pierna fuerte y más de una rodilla ensangrentada. Cuando Las Heras se imponía 2-1, los rivales sacaron a relucir sus revólveres, hubo tiros en la tribuna y una hecatombe gigante en el campo de juego, el partido no finalizó, fue un desastre y no hubo muertos de puro milagro, los dos clubes recibieron duras sanciones.
Hasta aquí una simple semblanza de lo que muy lejos en el tiempo fueron los enemistados institutos, tan peleados estaban que el domingo 24 de diciembre de 1939 decidieron por asamblea fusionarse y unir esfuerzos para siempre, dando origen al Club Huracán Las Heras, una de las tantas cosas inexplicables de la sociedad de aquellos años.
La primera década del nuevo club fue muy difícil muchas derrotas, cambios de localía en forma casi permanente y un dato curioso, fue más veces local en canchas del departamento de Godoy Cruz que en la misma Las Heras, hasta que el 8 de junio de 1952 se enquistó en calle Olascoaga, donde se mimetizó entre fincas y viñas.
Los diarios de la época comentaban "que cuando Huracán Las Heras es local en calle Olascoaga, se hace muy difícil circular, debido a la gran cantidad de bicicletas y carretelas que estacionan en los costados", por estas pequeñas cosas jamás perdió su orígen.
Hoy el hincha se luce desde la misma cuna, miles de fotos inundan las redes sociales donde los herederos visten el blanco con vivos rojos y un inmenso HLH en el pecho, las paredes de los barrios y las villas muestran su arte, coloreando el arco iris orillero y marginal con imágenes más que expresivas de su amor incondicional por ese Globo que vuela en nuestro cielo. El hincha de Huracán Las Heras es fanático, aquí no hay término medio, es el mismo que sufre, grita, alienta, llora...
¿Explicar el fenómeno Huracán Las Heras? Imposible, sería como explicar un grito de gol en dos palabras. El hincha es el alma de los colores, es el que no se ve, el que te da todo sin recibir nada… ese es el hincha. Soy hincha de Huracán Las Heras, con eso me basta y sobra. Las explicaciones están demás”, cuenta Rubén.