Humberto Tortonese: “Necesitaba una pausa para reflexionar”

Luego de la muerte de su amigo Alejandro Urdapilleta, se borró de la tele. Aquí cuenta cómo se sintió y qué hizo en este tiempo. Ahora conductor de un ciclo de stand up, también habla de Elizabeth Vernaci y de Mario Pergolini, por quien se sintió echado.

Humberto Tortonese: “Necesitaba una pausa para reflexionar”
Humberto Tortonese: “Necesitaba una pausa para reflexionar”

Libertad es la palabra que más se podría asociar con Humberto Tortonese. En televisión, en teatro, en radio, en el under o en lo comercial, el actor siempre marcó terreno con una identidad propia. “Yo trabajo con mi libertad, siempre. Nunca me importó el qué dirán”, afirma, como si hiciera falta aclararlo. Ahora fue convocado para ser el presentador en el ciclo televisivo “Stand Up” que va los sábados a las 22 por Comedy Central Latinoamérica, donde artistas del género exponen sus monólogos.

-¿Cómo es tu relación con el stand up?

-Fue muy loco todo, porque yo no tengo ningún vínculo con el stand up, ni siquiera me gustaba mucho. Pero como se trataba de hacer una presentación de los actores que sí se dedican al género, acepté. Me involucré, a mi manera, con cada uno de los participantes del ciclo. A cada uno le busqué un lado divertido. Y así salió algo interesante. Lo fuimos armando a medida que lo hacíamos. Y hubo cosas que yo cambié, porque sino sentía que no era yo. Además, el hecho de grabarlo con público le dio otra adrenalina. Fue un poco como volver al teatro, a la improvisación que hacíamos en las viejas épocas del underground.

-¿Te sorprendió que te llamaran para esto, que no es algo que te identifica?

-Un poco sí. Siempre tienen miedo de lo que voy a hacer cuando me llaman. Pero a la vez me convocan para que rompa estructuras. Había una adrenalina extra entre los productores, porque no sabían con qué iba a salir yo. Pero una de las cosas que más me gustaron del proyecto es que me dejaron ser fiel a mí mismo. Fueron como 40 horas de grabación en las que te vas cebando. Actué como maestro de ceremonia según el acompañante que me tocaba: si lo veía más nervioso trataba de ayudarlo. Y así con cada uno.

Tortonese cumplió 50 años hace poco más de dos meses. Sin embargo, mantiene su aspecto de eterno adolescente, delgado, con el humor ácido y la risa fácil que lo caracterizan; siempre dispuesto a pasarla bien. Su facilidad de palabra le permitió decir, en su recordada sección “Pasando revista” en el programa “RSM” (que conducía Mariana Fabbiani) las barbaridades más fuertes sobre muchos famosos y que ninguno de ellos se ofendiera. “Es lo mismo que yo hago diariamente en mi vida casi sin darme cuenta”. Así era entonces y así sigue siendo ahora.

-¿Hacer sólo lo que te gusta es la clave?

-Yo creo que la felicidad la encontrás en hacer las cosas que querés y en hacerlas de la manera como vos querés. A mí siempre me pasó eso. Así empecé con Alejandro Romay cuando me pidió que cantara en ese ciclo delirante que fue “La tiendita del horror”. Al principio fue un sufrimiento, pero cuando empecé a hacer lo que me parecía, me enganché y funcionó. Pasó lo mismo mucho después con el personaje de la diputada Gasconcha que hacía en lo de Susana Giménez. Los productores me pedían que no me zafara mucho y les dije: “Para eso no me hubieran llamado a mí”.

Y me dejaron hacer. En cambio en la época en que trabajamos con Alejandro (Urdapilleta) en el programa de Antonio Gasalla, él avalaba todo. "Hagan lo que quieran", nos decía, y era el primero en divertirse con nuestras locuras. Lo que hicimos con Gasalla marcó una bisagra para la televisión y para nosotros.

-¿Te gustaría volver a la televisión ahora?

-Vengo de una vorágine de muchos años de laburo en la tele, además de hacer teatro y quince años de radio seguidos (junto a Elizabeth Vernaci). Fue mucho tiempo y necesitaba una pausa para reflexionar y para extrañar un poco. A los 50 estás en la mitad de la vida y te aparece esa necesidad. Bueno, no sé si estoy a la mitad o a los tres cuartos, con suerte. Pero me estoy tomando el tiempo para ver qué hago. A lo mejor busco algún texto teatral, bello, como fue “La voz humana”, de Jean Cocteau, y armo algo con eso.

-¿Qué te gusta ver en tele?

-No me gusta la actualidad, prefiero la ficción. Y me encantan los documentales históricos. Y eso que Historia me la llevé siempre en el secundario. Pero ahora me gusta, sobre todo cuando me la cuentan como un cuento. Y después, si yo le cuento a alguien lo que vi, le agrego, le invento como si fuera una ficción.

El último ciclo en el que estuvo Tortonese fue “El diario de Mariana” (El Trece) como coconductor, pero a los pocos meses el actor prefirió dejarlo. Su salida del programa casi coincidió con la muerte de su amigo Alejandro Urdapilleta, en diciembre del año pasado.

“Yo estaba de viaje cuando pasó, me llamaron para avisarme y me volví enseguida”, recuerda. “Al principio me sentí shockeado, estuve mal. Llegué justo un rato antes de que se lo llevaran al cementerio y pude estar solo con él para despedirme. Necesitaba que fuera así, sin nadie alrededor. Después lo fui asimilando y ahora puedo hablar de eso, recordarlo bien, con alegría”, dice.

-Después de hacer tantos años de radio, ¿te gustaría seguir?

-Para mí la radio apareció como un mundo desconocido y entré por el lado menos convencional, trabajando con la Negra Vernaci, con la que se armó como una hermandad. Ella fue la que me enseñó a hacer radio y lo hizo de una manera brutal, y como yo soy un desborde en la vida, terminó siendo lo que fue nuestra dupla. Pero cuando las cosas terminan es por algo. Se cumplió un ciclo y está bien.

-¿Con la llegada de Mario Pergolini como director de la Rock&Pop, te fuiste enojado?

-Yo me sentí echado sin previo aviso. Fue desagradable la situación, sobre todo después de tantos años de dar tanto y de hacer algo que funcionaba bien con el público. Lo que no me gustó de Mario fue que no dijera las cosas de frente, pero él no es el único responsable. Se podía haber seguido, pero está bien así. Ahora el resto sigue su curso en lo judicial.

-Todo se fue dando para que te tomaras una suerte de "año sabático".

-Sí, necesitaba un descanso, pero no sabía cuánto me iba a durar el descanso ¿Qué es descansar? ¿Cuánto hace falta? Porque el trabajo también es gratificante. Yo me fui al campo y me agoté más que en la ciudad. Llega un momento en que te estresás con cosas que no hacés habitualmente. Creo que no hay que añorar tanto el descanso. Pero me vino bien para poner en orden mis cosas.
Entre otras cuestiones, el actor volvió a formar pareja, esta vez con Nico, un chef 25 años menor.

-¿Sentaste cabeza?

-No sé, creo que la clave, siempre, es jugar. Yo he jugado toda la vida. Y hay cosas que aparecen cuando no las estás buscando.

Viejas épocas de gloria

Humberto Tortonese formó un trío de leyenda junto a Batato Barea y Alejandro Urdapilleta. En los ‘80, fueron famosas sus delirantes actuaciones en el Centro Parakultural. Después de la muerte de Batato, en 1991 (a los 30 años), Tortonese y Urdapilleta siguieron la sociedad artística y creativa junto a Antonio Gasalla en televisión. Luego, cada uno hizo su camino, pero siempre siguieron siendo amigos.

En diciembre del año pasado, a los 59 años, murió Urdapilleta. Para Tortonese resultó un shock del que se fue recuperando de a poco.

“Aprovéchenme porque quedé yo solo”, dice ahora, apelando al humor ácido. “Fui afortunado por trabajar y compartir muchas cosas con ellos. Los dos eran muy talentosos y aprendí mucho. Eran como niños jugando”, cuenta. Y del tono burlón pasa a la ternura: “Pero hay seres, como ellos, que no se mueren. Para mí siguen estando, en todo lo que dejaron como legado. Y en lo personal dejaron una huella que es para toda la vida”.

Humor, de pie

Comedy Central Latinoamérica presenta todos los sábados a las 22 un episodio distinto en el que actores dedicados al stand up hacen sus monólogos. Entre los comediantes se encuentran Pablo Fábregas, Fernanda Metilli, Luciano Mellera, Verónica Lorca, Fernando Sanjiao y Virginia Godoy.

El stand up es un género de comedia en vivo donde el actor se presenta ante un público y aborda temas de actualidad con una forma humorística, única y espontánea.

El mismo formato se viene haciendo desde 2010 en producciones en México, Colombia y Brasil, entre otros países.

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