Mucho se ha escrito del hospital pediátrico Humberto Notti, de su presente y de su historia. Siempre asociado a la figura de su insistente mentor: el reconocido pediatra por quien lleva su nombre. Las razones por las cuales debía tener Mendoza un espacio para cuidar la salud de los pequeños quedaron expuestas por el propio médico en una entrevista que Los Andes le hizo en 1982 cuando se inauguró el hospital Lagomaggiore.
“En cuestión sanitaria, hemos tenido el placer de escuchar al gobernador cuando inauguró un hospital de alta complejidad para adultos que hace honor a Mendoza por la forma como está instalado. Pero nosotros estamos, desde hace 59 años, pidiendo un hospital de niños. Porque el niño, desde el punto de vista de asistencia sanitaria, está un poco olvidado. Poco a poco, los grandes progresos de la medicina, exigen un hospital tan bueno y de alta complejidad como el hospital Luis Lagomaggiore, pero que sea para niños, para que de una vez por todas comprendamos lo que debe ser: que todos, desde el portero, deben entender al niño.
“Vale decir que la pediatría, la asistencia del niño, es una cuestión fundamental de entenderla como clínica madre igual que clínica médica, con todas las subespecialidades. Especialidades como piel, corazón, riñones, hígado, tubo digestivo, sistema nervioso; desde el punto de vista clínico quirúrgico, social, rehabilitativo, etc. No puede entenderse en otra forma. No es posible que un médico de adultos pueda operar a un niño de una cuestión nerviosa o problemas de la piel del niño...
“El niño no es un adulto en miniatura. Es un hombre que tiene características muy especiales, porque tiene dos cosas fundamentales que no deben olvidarse: el crecimiento y el desarrollo...
“En varias partes del mundo existen hospitales para atender a los adolescentes. En estos momentos, nosotros no pedimos un hospital para niños y otro para adolescentes, sino que haya un hospital en el que, mientras haya crecimiento y desarrollo, pueda ser atendido el niño hasta esa época de su vida...”