Agrupar en una misma mesa sectores tan diversos de la industria como construcción, petróleo, minería, metalmecánica, vitivinicultura, maderas, entre otras industrias, es un gran logro para Hugo Gamboa, flamante secretario de la Unión Industrial de Mendoza (UIM).
A pocos días de su renovación, la entidad empresarial que tiene como presidente al empresario Mauricio Badaloni, de Aderpe, está buscando sus ejes de acción. Los cuales, según Gamboa, serán consensuados en un mismo espacio plurisectorial.
-Tarea difícil: ustedes han nucleado en una misma entidad sectores que han sido antagónicos por años, como minería y bodegas...
-Esa es la gran fortaleza de la UIM. Tiene una gran potencialidad y su originalidad es que tiene la articulación transversal de toda la industria local. La entidad tiene 20 años, pero bajo un nuevo estatuto, los fundadores permitieron el ingreso de nuevos sectores industriales y hace unos días la nueva comisión directiva asumió renovando el espíritu de la UIM.
-¿Y qué objetivos tienen para 2016?
-Por ahora tenemos preocupaciones que nos unen. Pero claro que vamos a realizar acciones a futuro, todas serán charladas y puestas a consideración.
-¿Y cuáles son esos problemas comunes de todas las industrias?
-El principal es la ralentización de la economía. Obviamente por nuestra constitución tan diversa, hay sectores industriales que lo sufren más que otros.
En el caso de los exportadores que están trabajando bien, no todos tienen la misma realidad. Veo cómo a las bodegas en los primeros cambios del gobierno anterior les fue muy bien de la mano de la devaluación y la quita de retenciones, pero la inflación les fue comiendo esos beneficios.
No quiero profundizar en ese sector porque no es el mío, pero a partir de allí en general el aumento de las tarifas, de las tasas de interés, hacen que la inversión se retraiga. En mi caso, que represento también al Círculo de Constructores, es muy especial porque la construcción es la primera industria que cae y más profundo. Cuando hay reactivación también es la primera en mostrar señales de surgimiento.
-¿Y qué ha pasado con la inversión privada en la construcción?
-Ha venido cayendo y hoy es casi nula. Se ha sostenido por la inversión pública, pero ahora con el cambio de gobierno se dejó de pagar, por lo que se acumuló una deuda importante con los proveedores.
Este gobierno a nivel provincial ha tratado de solucionarlo y en ese aspecto ha buscado cancelar las deudas con bonos que las empresas aceptamos. Pero ha llevado un tiempo administrativo para implementarlo, de hecho no todas las empresas todavía tienen sus bonos y estamos ya en mayo.
Lo otro que ha impactado en la actividad es que la nueva administración de Mendoza ha tenido que ir a los despachos a nivel nacional para destrabar los mecanismos de financiamiento que venían funcionando y debían enviar el flujo de dinero de la Nación a las provincias, todo esto también demandó tiempo y ha hecho profundizar la crisis.
-¿Se puede lograr por 90 días detener el desempleo?
-Yo creo que la palabra mágica es inversión, cuando lleguen se van a motorizar todas las actividades económicas y automáticamente la generación de empleo.
Es necesario que baje la inflación, lo que va a ocasionar que bajen las tasas de interés. Esa es la clave estructural de fondo, para eso se tendrán que dar una serie de condiciones para que la inversión privada llegue y se quede.
Tenemos que tener un país y una provincia que ofrezca garantías y oportunidades de ganancias, entonces ese flujo de dinero es lo que equilibra la economía, lo demás son parches. Con respecto al pacto de 90 días lo han dicho los dirigentes y yo lo comparto, no es lo mismo que ese acuerdo lo haga una empresa grande a que lo haga una pyme.
-¿Por qué?
-Porque las grandes empresas a veces para hacer sus ajustes y que sus números cierren, utilizan la variable del empleo, entonces empiezan a echar gente. Pero las pymes no despiden gente sino que se funden, son pequeñas, tienen poco personal y trabajan hasta donde pueden, cuando no logran continuar cierran las puertas y se van los dueños y los empleados, se van todos.
La pyme no se salva si tiene cinco empleados y luego se queda con dos, la mediana empresa tiene otra realidad, otra complejidad. Por eso es importante que una pyme no desaparezca porque no toman a los empleados como variable de ajuste. Es importante cuidarlas con apalancamiento financiero.
-¿Qué opinión le merecen las herramientas del Fondo de la Transformación y Crecimiento?
-Son buenas. El Fondo ha sido en los últimos años útil y es parte de una política de Estado. Cuando se vendieron los bancos provinciales se decidió hacer un fondo que fuera justamente direccionado para el desarrollo de las actividades locales comerciales, especialmente pyme porque tiene límites para los montos de los créditos.
Es una herramienta muy eficaz pero es finita, tiene un límite, tiene un monto prestable que se agota, por lo tanto no alcanza para todos los mendocinos.
Entonces habría que alternar con otras herramientas que sí tiene el Estado, como Mendoza Fiduciaria, la sociedad de garantía recíproca Cuyo Aval, articulando con el Mercado de Valores porque hay que encontrar nuevas herramientas de apalancamiento financiero.
Si nosotros conseguimos acercar el ahorrista a la empresa nos evitamos las intermediaciones, y para eso existe el Mercado de Valores y ahí no hay límites de fondo. Entendemos que se puede obtener buena financiación en el mercado de capitales.
-¿Ustedes, como UIM, han tenido contacto con estos entes financieros?
-Vamos a tenerlo. Soy un gran propulsor de este tipo de acciones. Fíjese un dato: Mendoza históricamente ha sido exportadora de depósitos. Si usted como ahorrista coloca un plazo fijo en el banco Nación seguramente ese flujo de dinero termina financiando a la soja o un proyecto tambero en Santa Fe.
Esto ha sido así históricamente. Lo que hay que hacer es ir por esos ahorros y con estas herramientas que le ofrecen garantía y transparencia a los ahorristas, para que puedan direccionar ese dinero a las empresas locales. Hace unos días en la presentación de la UIM estuvo Guillermo Cruz, subsecretario de Industria y Tecnología del gobierno, y afirmó que hay que ir al mercado de valores y trabajar con otras herramientas de apalancamiento financiero.
Debemos agudizar el ingenio; por ejemplo si una empresa tiene un proyecto de microturbina para generar energía para el que necesita inversión, y el proyecto garantiza un retorno de una tasa de 30% en un año, con ese proyecto se puede intervenir en Cuyo Aval para que lo garantice. Se emite un bono o se hace una obligación negociable.
Hay diferentes herramientas financieras y vamos al mercado de valores, entonces el ahorrista en vez de ir a colocar la plata en un plazo fijo puede ganar más y está financiando un proyecto de desarrollo industrial local. Sobre ese eje vamos a trabajar al lado del gobierno local; afortunadamente tenemos coincidencias de pensamiento.
Perfil
Hugo Gamboa (57) casado. Según sus palabras, ha transitado por muchas organizaciones gremiales empresarias. El ser secretario de la UIM lo mantiene ocupado y con esperanza, ya que según su opinión es una entidad única por su forma de articular diferentes sectores de la industria local en un mismo espacio.
En su tiempo libre lo dedica a su familia y a leer libros históricos, así como también biografías de grandes personalidades que dejaron su impronta, como Ernesto Sabato, Manuel Belgrano, José de San Martín, Simón Bolívar y Mariano Moreno.