Hugo Gálvez Arangüena: “Me halaga recibir el premio podestá”

El actor y director mendocino será distinguido mañana en Buenos Aires, con una distinción a la Trayectoria. Relacionado a la televisión y la radio, fue parte de los comienzos de la pantalla chica en nuestra provincia y en 2007 creó su propia compañía de

Hugo Gálvez Arangüena: “Me halaga recibir el premio podestá”

En distintas oportunidades, Hugo Gálvez Arangüena acompañó a sus colegas y amigos mendocinos a recibir el Premio Podestá. Sin imaginarlo y con la satisfacción que implica tener el galardón, más importante a la labor de los actores en nuestro país, el actor y director mendocino, ahora jugará de local y será uno de los reconocidos por su Trayectoria en Buenos Aires.

“Me halaga muchísimo este reconocimiento”, sentencia con su trato cálido Gálvez. Arnaldo André, Silvia Kutika, Roly Serrano, Nora Massi, Diana Ingro, Pablo Brichta, Chela Cardalda, Tony Lestingi, Norberto Barruti (La Plata), son parte de la lista de artistas que mañana llegará al Congreso de la Nación, para recibir el premio.

Con más de cuarenta años de oficio, Gálvez durante toda su carrera estuvo ligado a la televisión, al teatro y a la radio. Pero a sus 76 años no se detiene, ni añora el pasado, sino que rescata esas formas y continúa fomentando el radioteatro.

Eloísa Cañizares fue su gran maestra de actuación. En la década del ’60, conformó numerosos proyectos en la pantalla de Canal 7. Por aquellos años, formó parte de la ficción “Don Julio Pérez etcétera”, junto a Luis Politti y “Recluidas”, la novela protagonizada por Ibis Lusetti de Cepparo.

Más cerca en el tiempo, en 1995, filmó con Ana María Picchio, la serie “El jardín de los infiernos”. Y siempre con el dial encendido y el teatro a flor de piel, en 2007 formó junto a Juan Pablo Favari su propio proyecto de radioteatro, la Gran Compañía Mendocina de Radioteatro; que aún sigue vigente en nuestro medio y es el único elenco de la provincia dedicado al género.

Historias detrás del micrófono
Como el actor afirma: "cada grabación es una ceremonia". En el radioteatro nada está librado al azar. El actor tiene que tener la capacidad de interpretar con su voz un personaje, y captar la imaginación del oyente. Una tarea para nada sencilla y que en la actualidad pocos se atreven a transitar.

El radioteatro, casi perdido en el tiempo, gracias a la iniciativa del actor en nuestra provincia aún sigue vivo.

-A lo largo de su carrera bregó por mantener vivo el radioteatro…

-Lo he rescatado. Fue quedándose, por esos avatares del tiempo, por la televisión y otras cosas. Pero el radioteatro en Europa sigue vigente. A nivel nacional se destaca “Las dos carátulas”. Y acá lo rescatamos con Favari. Hace ocho años formamos la compañía, que comenzó en Malargüe. Ahora estamos en Radio Libertador.

Estamos haciendo la vida del Gaucho Gil, se llama “El sueño de Curuzú”, el apodo que tenía el gauchito. Vamos todos los días, a las 13.30 por LV8, desde hace cuatro años logramos ese espacio.

Esta historia la grabamos junto a Marcela Gaua, ex Reina de la Vendimia, Mimí Tuller, una locutora de canal 7, Juan José Cinquemani, Verónica Wankiewicz, Luisa del Barrio, Miguel Vigazzola y Andrés Romano.

-Toda una odisea mantener el género en Mendoza…

-Es difícil mantenerse, porque hay mucha gente que, si bien recuerda, las nuevas generaciones no lo conocen. También hay que tratar de que vaya por FM. Hasta hace poco estuvimos en las dos bandas, pero por cambios de programación no estamos más.

Desde la creación de la compañía, sus proyectos pasaron por numerosas emisoras de la provincia y del país. La historia de Martina Chapanay y otros personajes populares, conforman algunos de los relatos de las novelas.

-¿Cómo es el proceso de grabación de una novela en la radio?

-Las grabaciones son una ceremonia; ensayamos mucho. Los actores se tienen que destacar con los matices de su voz, ella es su imagen. El oyente elabora su imagen física a través de la voz y hay mucha gente que no se anima a hacerlo.

Por lo general son entre 20 a 40 capítulos por novela. La producción para grabar es de una o dos veces por semana; hacemos el crudo y luego va a un editor. La sala de edición está en Malargüe, por eso se complica un poco más.

-Y en el caso del guión, es todo un arte escribir para la radio…

-En el caso de Curuzú, es una novela escrita por Juanjo Cinquemani y yo hago la producción y dirección. Pero ahora quiero dictar un taller de guionistas de radioteatro. Para despertar el interés de los que no se animan. Pero hace falta una renovación de historias. No podemos estar adaptando una obra de teatro porque es muy difícil. El personaje central del radioteatro es el relator y las obras no lo tienen.

-La historia de Curuzú es ideal para llevar a la televisión

-Ahora tengo un proyecto de llevar este radioteatro a la tele. “El sueño de Curuzú” quiero llevarlo a la pantalla, con producción mía y el director de cine Félix Zama. Tengo grandes amigos en Buenos Aires y si sale este proyecto, quiero que sean parte; como Ana María Picchio y Alejandra Darín.

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