Hugo Aristimuño trae el viento que agita la memoria

El director teatral rionegrino regresa a la provincia con “Dibaxu”, homenaje al poeta Juan Gelman. A las 21 en el Le Parc.

Hugo Aristimuño trae el viento que agita la memoria
Hugo Aristimuño trae el viento que agita la memoria

"Aquí el viento trae muchas cosas: trae susurros, trae secretos, trae historias nunca contadas. Acá está todo para contar, para saber, para decir". ¿Es una inspiración? "Es una inspiración el viento", confirma Hugo Aristimuño, despidiéndose de una charla telefónica con Estilo. 

Antes, el ida y vuelta con este actor, músico y director teatral rionegrino (a donde llegó a los tres años desde Paraná, su cuna) habrá arrojado reflexiones luminosas.

Es que Hugo Aristimuño nos habla de una forma solidaria y colectiva de concebir el teatro. Una forma tangible y vívida, además, en un lugar donde todo parece yermo o ido con el viento.

Director de la compañía Teatro del Viento (que dirige desde 1985) y (sí, digámoslo) padre de un cantautor de apellido inconfundible, Hugo es un artista ya conocido en Mendoza, donde tiene “muchísimos amigos”.

Aquí ha dado seminarios, e incluso tuvo uno de los reconocimientos más importantes de su carrera: en mayo pasado, en el marco de la 32° Fiesta Nacional del Teatro, el INT (Instituto Nacional del Teatro) le dio el Premio a la Trayectoria de la región patagónica.

Y aquí también ya ha presentado la obra “Dibaxu”, que protagoniza la Compañía de Teatro-Danza Salitre (proyecto de Teatro del Viento) y que hoy se verá en la Feria del Libro, en su último día (destaquemos que anoche también se presentó en la Enkosala Gladys Ravalle, con la obra “Tendal de voces en torno al suceso de las tres viejas borrachitas detenidas en el barrio del progreso”).

“Dibaxu” (“Debajo” en sefardí) escarba en la humanidad que hay detrás de una creación artística. Una tarea movilizante, que en este caso se abisma en la historia del poeta y periodista Juan Gelman (1930-2014): exiliado de la última dictadura; padre de un hijo y nuera desaparecidos; abuelo de una nieta reencontrada; Premio Miguel de Cervantes.

Presentada el año pasado en el marco del Festival Teatro por la Memoria, “Dibaxu” recorrió ya otras ferias del libro, otros encuentros de escritores, sumando ya casi cincuenta representaciones que, con cada nuevo aliento, adquiere nuevos significados. Es una obra y un deber hacerla, porque le prometieron a un Juan Gelman emocionado que nunca la dejarían de hacer. Lo cuenta en esta charla:

-¿Qué significó para vos el premio que te dieron en mayo?

-A veces estos reconocimientos suenan a trabajo terminado, a vida consumada. Yo en cambio estoy en plena actividad, estoy trabajando y no he parado nunca (nota del redactor: hace teatro desde los 16 años).

Así que valoré muchísimo este premio, porque me ayuda al trabajo actual y también es un reconocimiento de mis colegas de toda la Patagonia, de gente muy querida. Por su puesto que sirven, son muy útiles estos premios.

-Y hablan de cuántos artistas existen y hay que apoyar en puntos tan lejanos como la Patagonia, un lugar que vos solés relacionar con el viento y la desolación...

- Pero la desolación vista no como una victimización, sino como un lugar donde se está todo por hacer. Justamente esa desolación para mí es el mayor estímulo para hacer, para encontrarme con la gente, para conocer sus leyendas y sus problemáticas.

Todas mis obras tienen alguna vinculación con la tradición oral y la cosmovisión de los pueblos que habitan la Patagonia. ¿Que es difícil hacer teatro acá?

Sí, es complicado: las distancias son muy grandes, no hay espacios en todos lados, se nos hace muy difícil aquí ir de un lugar al otro (hablamos generalmente de más de 500 kilómetros), por lo que cuesta mucho trasladarse, pero bueno...

Cuando logramos trasladarnos los encuentros son formidables. Son muy fuertes: hay una gran solidaridad, un gran cariño, una gran alegría de encontrarnos y saber que no estás solo.

Cuando habla de estos lazos invisibles, la voz de Hugo Aristimuño se declina en palabras suaves, casi incorpóreas: es que saberse acompañado quizás sea la mejor certeza cuando uno se deja llevar por el viento.

Homenaje y promesa

“Dibaxu” es una adaptación a partir de entrevistas, notas periodísticas, videos, documentales, ensayos y poesías de Juan Gelman. Un montaje que toma palabras de “Gotán”, “Dibaxu”, “Exilios” y fragmentos de entrevistas.

“Fue una antología preparada en función de contar, hacerle un homenaje a él y al acto creativo de todos los artistas. Mostrar todo lo que subyace debajo de eso que uno ve y puede apreciar: detrás de un libro, de un poema, de un acto de teatro o de música. Todo lo que subyace, desde las obsesiones hasta las tristezas”, revela.

-El espesor humano que hay detrás de la obra de arte...

-Exactamente. Y Gelman justamente escribió para la vida desde el lugar más oscuro de la muerte, porque lo que le hicieron fue terrible y sin embargo sus palabras terminaron siendo un canto a la vida.

-¿"Dibaxu" es una creación colectiva, entonces?

-Sí, pero más que creación colectiva yo le llamo creación en equipo. Tiene, digamos, un acercamiento a la dramaturgia grupal donde cada uno tiene un rol definido, donde existe la figura del coordinador (que en este caso soy yo como director) que va homogeneizando y armando la dramaturgia. Se distancia un poco del supuesto “caos” creativo que puede tener una creación colectiva.

-¿Es cierto que la primera versión de la obra la hiciste en 1998?

-Sí, cuando estaba viviendo en un pueblito campesino, la isla Luis Beltrán del Río Negro. La hice allí con integrantes del Grupo de Investigación Teatral.

En el 2007 la volví a estrenar con nuevo equipo, y ya sumamos cerca de 50 funciones, porque nos ha ido muy bien: hemos ganado premios, y a mí me ayudó personalmente a establecer una relación muy fluida, muy generosa, con Juan Gelman. Tuvimos la suerte de que él pudiera ver nuestro trabajo en México antes de morir.

- ¿Y cómo la recibió?

- Le encantó. Lloró mucho. Se sintió, se “vio”, porque así lo dijo: “Es difícil verse de esta manera”. Al otro día nos invitó a su casa y nos regaló cosas, además de una devolución que todavía nos acordamos palabra por palabra.

En ese instante, en esa mesa, en la colonia La Condesa, en México, le prometimos que no íbamos a dejar de hacer este trabajo, y que fundamentalmente se lo íbamos a hacer conocer a los jóvenes y a toda la gente a la que le interesara la escritura, porque amén de la posición política en la que él se pudo haber puesto su trabajo literario es formidable, reconocido en todo el mundo.

-¿Y qué sentidos adquiría hacer esta obra hace 20 años y qué sentidos tiene ahora?

-Yo empecé a pensar en este proyecto a partir de que en un ejercicio de un taller que daba para jóvenes les pedí que trajeran material literario para trabajar, y hubo dos o tres chicos que aparecieron con material de Juan Gelman. Me asombró: ¿qué hacían estos chicos leyendo a Gelman?

Y lo maravilloso era que ellos leían y lo interpretaban de una manera absolutamente distinta. Entonces me di cuenta de qué responsabilidad para el autor, ¿no?

Saber que a partir de que deja sus libros sobre la mesa ya empiezan a pertenecerles a los que los leen.

Todas sus observaciones adquirían otra dimensión. Por eso empecé a trabajar sobre todo lo que subyacía bajo la creación de Juan Gelman.

Fundamentalmente su vida en el exilio, muy difícil para él. En la obra él viaja, se corporiza en sus obsesiones y lucha con ellas, les habla, a veces las echa, a veces las trae... y bueno, es lo que le pasa a muchos escritores. Cada vez que la hacemos todo el mundo queda muy conmovido, porque realmente refleja el proceso creativo en sus partes oscuras y en sus partes luminosas.

-Es una obra que respira también a través del tiempo.

-Totalmente. En ese momento fue ese el móvil, y por estos días hay otros. Anoche justamente estuvimos ensayando y nos quedamos todos sentados, como conmovidos, porque hay muchas palabras en los poemas que te llevan a preguntarte: ¿Qué estaría escribiendo Gelman si estuviera vivo en este momento: sobre nuestra realidad, sobre lo que está pasando con los derechos humanos, sobre Maldonado...?

¿Qué estaría escribiendo sobre esta tristeza, sobre la búsqueda de ese ser que nos tiene a todos movilizados?

La ficha

"Dibaxu", sobre textos de Juan Gelman. En el marco de la Feria del Libro. 
Con la Compañía de Teatro-Danza Salitre
(Teatro del Viento), dirigida por Hugo Aristimuño (Río Negro)
Fecha y hora: Hoy, a las 21
Lugar: Sala Tejada Gómez del Espacio Cultural Julio Le Parc (Mitre y Godoy Cruz, Guaymallén).

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA