Cada respuesta que da Hugo Arana está matizada por una reflexión, una anécdota o un refrán. Una característica quizá que heredó de su padre, un peón de campo que le inculcó el trabajo desde muy chico y el valor de desenvolverse en distintos oficios antes del teatro.
Mientras trabajaba como albañil descubrió un cartel del Centro Experimental Cinematográfico, en pleno centro porteño, que le llamó poderosamente la atención: "Hágase actor". Fue a los 22 años que decidió cambiar el rumbo de su vida, para nunca más dejar el escenario.
"Alguna inquietud había para que me quede clavado mirando el cartel. Yo tenía un amigo que la familia era dueña de dos cines en Lanús. Y daban nueve películas semanales: podía ver cine gratis. Y cuando salía del cine con 15 o 16 años, salía a la calle haciendo el personaje de la película, teñido de lo que había visto. En la escuela era el gracioso al que le ponían amonestaciones. Había una tendencia a ser observado. Y a los tres meses que comencé me di cuenta de que no iba a salir más del teatro", cuenta sobre sus inicios y el bichito de actor que picaba dentro de él.
Mientras almuerza pasadas las 4 de la tarde en su casa, Hugo se prepara para volver a Mendoza. Esta vez con la comedia “Rotos de amor”. En mayo pasado visitó la provincia con la obra “La Ratonera” y ahora lo hará con este texto de Rafael Bruzza, dirigido por Andrés Bazzolo (ver “Hombres con el corazón partido”).
-¿Cuesta mantener una rutina con el teatro?
-Es imposible ser metódico con el ritmo del teatro. Cuando terminás la función cenás a las doce de la noche. Yo tomo pastillas para dormir y tengo que hacer la digestión para tomar la medicación. La gira modifica todo. La cuestión de cambiar de cama todos los días; viajamos toda la noche y depende de la ruta. Por ahí es un arrorró la ruta y te acuna. Y por ahí no dormís en toda la noche. Los hoteles diferentes en cada ciudad y luego uno llega a la casa y es raro dormir en tu cama. Pero no le he perdido el gusto a las giras, al contrario. Estoy infinitamente agradecido al teatro: con las giras estuve en Purmamarca, Las Cataratas y Ushuaia. He recorrido todas las provincias y tenemos un país tan bello y tenemos la desgracia de vivir como vivimos en un país con tanta riqueza.
-Es la reflexión que surge todos los días al escuchar las malas noticias, un país inmenso, con riquezas pero sin norte...
-Mi papá era peón de campo y escuchaba refranes de él. Y me acuerdo que de chico, él decía: “A esta vaca no la pueden ordeñar más”, no tenía visión de futuro. Este país sigue siendo una vaca con 600 tetas. Es duro.
Sin proyectos a la vista en tv o cine, las tablas siguen siendo su gran refugio. La exitosa “Baraka”, “Maden in Lanús”, el clásico “La nona” de Roberto Cossa y “Mineros” son algunos de los títulos que interpretó en múltiples salas y que a sus 76 años son parte de su extenso camino en el oficio. “Subirse al escenario es seguir jugando como cuando era niño. Y eso para mí es sagrado”.
-¿Cómo surgió la posibilidad de hacer esta comedia?
-Me atrajo la obra. Yo estaba haciendo “La Ratonera” y el mismo productor estaba con “Rotos de amor”. Me invitó a reemplazar a Gustavo Garzón. Leí la obra y me encantó. Y encima el elenco que tiene, pensé: “Estos tres adolescentes me van a hacer bien” (ríe). Es una comedia que la gente disfruta y tiene cantidad de matices interesantes, reflexiones muy buenas, un cierre muy lindo.
-¿Le gustaría trabajar con algún director o un proyecto en particular?
-A mí me interesa el cuento. Si el cuento me motiva, me genera alguna pregunta, me gusta, eso es lo que importa. Los formatos son vehículos. El cine, la televisión, el teatro son vehículos y transportes de mercadería. Si hay un buen proyecto, ojalá a uno le toque lo mejor. Pero también lo mejor es relativo. Por ejemplo cuando hablan de si Maradona, Pelé o Messi; cuál es el mejor. No es quién es el mejor, son distintos, son singulares. Hay que agradecer que existan los tres.
-¿Alguna vez lo desveló el éxito o la fama?
-El éxito, la fama, son cosas que no me pertenecen, no tienen que ver conmigo. El público elige si algo tiene éxito o no. Es una profesión como cualquiera, hay que aprender e inventar herramientas. Después el saldo y el resultado...: el público dirá. Uno trata de regar la huerta y el resultado de la fruta o la verdura que aparezca no depende de uno.
-Pese a todo, a las circunstancias, el humor no lo pierde...
-A veces digo pavadas olímpicas que de humor no tienen nada. Pero siento que es un gran refugio, exorciza la tragedia. Por ahí a un amigo hay ciertas cosas que uno no se anima a decirle, pero con pequeñas bromas uno va arrimando al tema. El humor es un gran vehículo.
Hombres con el corazón partido
"Rotos de amor" es la comedia escrita por Rafael Bruzza (en Mendoza tuvo su versión dirigida por Sergio Martínez), protagonizada por Víctor Laplace, Olvaldo Laport, Pepe Soriano (por razones de salud no viaja a Mendoza y lo reemplaza Matías Scarvaci) y Hugo Arana.
Cuatro visitadores médicos, que luego de distintas rupturas amorosas, ven ciertas dificultades para rearmar sus vidas y volver a creer en el amor de pareja.
Una comedia efectiva que se traza con los desencuentros de los vínculos, con cuatro historias de hombres maduros que en cuestiones de pareja, no encuentran el remedio. Con un elenco de notables actores, con una historia que no pasa de moda.
Ficha
Actúan: Víctor Laplace, Osvaldo Laport, Matías Scarvaci y Hugo Arana.
Día y hora: hoy, a las 21.
Lugar: teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz).
Entradas: $600, $700 y $800. En boletería del teatro y www.1000tickets.com.ar