Una huelga de futbolistas de tres importantes clubes ha puesto en el ojo de la tormenta la crítica situación deportiva y económica del fútbol boliviano, que está en bancarrota, no clasifica a un Mundial hace 20 años y es último en el ranking sudamericano.
The Strongest, uno de los más populares del fútbol boliviano, es una dramática muestra de esa situación, con su plantilla impaga desde julio, su presidente en la cárcel por deudas bancarias y su directiva acéfala por renuncia de sus dirigentes.
Los jugadores de otros clubes más pequeños como el Real Potosí o Sport Boys, también están en paro por falta de salarios.
Además "Blooming está igual, la U de Sucre, la U de Pando", según el abogado David Paniagua, asesor legal de una poderosa agremiación de futbolistas profesionales bolivianos (Fabol).
En total es la mitad de los 12 clubes de la primera división que está azotada fuertemente por crisis en sus economías producto de estadios vacíos, a causa de un fútbol estancado y cada vez menos atractivo.
La situación era más grave por una huelga de los abogados del Tribunal de Resolución de Disputas (TRD), también por falta de pago, que fue levantada en las últimas horas.
"Esa es una buena señal para que haya fútbol el fin de semana", saludó el presidente de Fabol, Milton Melgar, talentoso volante de River Plate y Boca Juniors de Argentina, a finales de los 80.
Con el tribunal en huelga "los jugadores estaban indefensos", dijo a la prensa local.
Una crisis que no es nueva
La crisis boliviana no es sin embargo nueva, es recurrente y, peor, aparentemente congénita. Una propuesta del club Bolívar, el más laureado del fútbol nacional, propuso el año pasado eliminar el carácter tricéfalo de la dirección del fútbol boliviano.
Según su presidente, Guido Loayza, la coexistencia de tres direcciones: una Federación, encargada de las selecciones nacionales, una Liga, que organiza los torneos de primera división, y una Asociación, para divisiones menores, está matando al fútbol boliviano.
Grandes glorias deportivas como Erwin 'Platini' Sánchez, entregaron en 2013 al Congreso un proyecto para que el balompié boliviano pueda "salir del pozo y equilibrar fuerzas con las otras selecciones" del continente.
Exjugador y extécnico del Boavista luso y exseleccionador nacional, Sánchez dijo entonces a nombre de Fabol que los jugadores "estamos pidiendo al gobierno que intervenga en el fútbol" para que sea "fiscalizador de todos los impuestos que vayan en favor del seleccionado al fútbol".
El presidente boliviano Evo Morales, un apasionado futbolista amateur, hincha de Bolívar, Boca Juniors y Real Madrid, propuso que "hay que pensar en otra estructura del fútbol".
A pesar de una suerte de clamor popular para que las viejas estructuras del fútbol sean demolidas, el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Carlos Chávez, recientemente reelegido contra viento y marea, opina que "el nivel del fútbol nacional lo marca la competencia local".
Fútbol tedioso y juego lento
Un fútbol semanal tedioso, de juego lentísimo y sin emoción le ha restado público a los estadios, provocando una fuerte crisis económica a los clubes, que tampoco incentivan sus divisiones menores.
Uno de los clubes fichó para la temporada pasada algunos veteranos, como el argentino Esteban 'Bichi' Fuertes, que a sus 41 años salió de su retiro para defender los colores del Sport Boys.
El expresidente Carlos Mesa, también apasionado del fútbol y escritor de algunos libros sobre este deporte, cree que ante los continuos fracasos de la selección nacional, se impone "ir a una transición generacional para lograr un nivel interesante".
El seleccionado de Bolivia clasificó por primera vez al Mundial de Estados Unidos-1994 de la mano del español Xabier Azkargorta y desde
entonces ha basculado entre el último y penúltimo lugares de las eliminatorias sudamericanas.
También había disputado los Mundiales de Uruguay-1930 y Brasil-1950, pero sin pasar por eliminatorias.
A pesar de los contrastes, Mesa asegura que en el fútbol "el corazón nunca se rinde".
El seleccionado nacional ocupa el puesto 94 del ranking de la FIFA y el último lugar en la región sudamericana.