La temporada de ballenas 2012 terminó con la cifra récord de 116 ejemplares de la ballena franca austral muertos en Península Valdés. De esa cantidad, 113 son ballenatos lo que representa nada menos que 97% de las muertes.
Esto no sólo indica una alarma sino también que al menos un tercio de las ballenas nacidas durante la temporada pasada en Península Valdés y El Doradillo (una playa cercana a Puerto Madryn, en Chubut) murieron. Y además no se pueden identificar las causas de los decesos a pesar de los esfuerzos que realizan los científicos por examinar a cada animal que muere. Y hay otro dato: jamás en la historia se registró una mortandad de esta magnitud para la especie en ningún lugar del mundo.
Las cifras fueron dadas a conocer a través de un informe del denominado Programa de Monitoreo Sanitario de la ballena franca austral. Es el que complementa a otro realizado en octubre del año pasado. El programa lo realizan en conjunto las ONG Wildlife Conservation Society y el Instituto de Conservación de Ballenas.
A ellos se sumó la Fundación Patagonia Natural. Fue entregado al Defensor del Pueblo de Chubut, Ricardo Azparren, quien sigue año tras año la evolución de esta problemática. "La mortandad de ballenas es algo que nos preocupa y vamos a elevar este informe a las autoridades provinciales", dijo Azparren.
La mortandad de la temporada 2012 fue lo suficientemente alta para reducir en 3% la cantidad de ballenas en el Atlántico Sur. La población total estimada es de 4.000 ejemplares. Hay tres causas que se manejan como posibles en las muertes: los varamientos, la exposición al sol y el ataque constante de las gaviotas cocineras. En este último caso, las aves le provocan al animal heridas profundas por donde podrían ingresar virus que en algunos casos serían mortales. Pero los investigadores no tienen un ciento por ciento de seguridad en cuanto a esta posibilidad.
La mortandad récord observada en 2012 no fue un evento único-agrega al informe- sino que en Península Valdés se vienen registrando números crecientes de crías muertas desde 2007 con algunos años de menor mortandad intercalados. Lo llamativo es que en 2011 murieron 61 ejemplares y en 2012, 116, prácticamente el doble. En 2012 se registraron 113 ballenatos muertos de un total esperado de 342 crías nacidas. Esto significa que en la temporada pasada murió al menos 33% de las crías nacidas, lo cual es un porcentaje elevadísimo para una población de la especie.
Cabe recordar que en el informe pasado del programa de monitoreo se había detectado la muerte de unos 500 ejemplares en el período 2003 y 2011, determinándose también que la mayoría de los ejemplares muertos eran crías.
La ballena franca austral es el principal recurso turístico de Chubut. Cada año más de 100 mil personas (25% extranjeros) realizan el avistaje desde Puerto Pirámides, en Península Valdés. El sábado, las autoridades chubutenses estuvieron promocionando la nueva temporada de ballenas en Mendoza.