Sidney Poitier nació un día como hoy en 1927 cuando sus padres, bahameños, pasaron una temporada en Miami. Ellos volvieron a las islas y Sidney pasó su niñez allí y cuando cumplió 15 años, fue enviado a vivir a la casa de uno de sus hermanos que lo trajo de vuelta a Miami. Sus padres pensaron oportunamente que de esta forma él tendría una vida más saludable, pero se enfrentó a una sociedad estadounidense fuertemente marcada por la segregación racial.
Antes de pasarse al cine, empezó a ser conocido por aplaudidas interpretaciones en obras de teatro, en las cuales desafiaba los estereotipos raciales, lo que provocó solidificar una reputación de actor más allá de su color de piel en una época que todavía pesaba muy fuerte el racismo en Estados Unidos.
Aunque en un principio fue rechazado en una compañía teatral debido a su acento, fue aceptado al poco tiempo cuando Poitier consiguió neutralizarlo.
Ya en la década del 40, su primer papel fue en la obra "Lisístrata" en Broadway, una interpretación que despertó la atención de la crítica y le sirvió como plataforma para introducirse en el ambiente teatral de New York. Allí no dejó de tener trabajo hasta que le salió la oportunidad de debutar en la gran pantalla, con el reconocido director Joseph Mankiewicz en la película de 1950, quien lo invitó a encarnar a un médico que sufre por el color de su piel en "El odio es ciego" ("No Way Out").
Premio histórico
En 1964, Sidney Poitier se convirtió en el primer actor negro en ganar un premio de la Academia de Hollywood por el largometraje "Una voz en las sombras" ("Lilies of the Field") en la que dio vida a un trabajador golondrina de quien sacan ventaja cinco monjas.
Poitier, cabe destacar, le arrebató la estatuilla dorada de "Mejor Actor" a Paul Newman, Albert Finney, Richard Harris y Rex Harrison.
"Porque ha sido un largo camino para llegar hasta aquí, tengo que decir que estoy en deuda con muchas personas, como Ralph Nelson (director de "Una voz en las sombras"), James Poe (guionista), William Barret (novelista) y por supuesto a los miembros de la Academia. A todos ellos sólo les puedo dar un agradecimiento muy especial”, fueron las palabras emitidas por Poitier cuando recibió este galardón.
Cuatro año después, sus interpretaciones ya escalaban más allá de cualquier cuestionamiento racista, destacándose en cintas que se convirtieron en emblemáticas de aquella década, como "Al maestro con cariño", James Clavell; "En el calor de la noche", de Norman Jewison y "¿Sabes quién viene a cenar?" de Stanley Kramer.
También ha dirigido conocidas películas como "Sucedió un sábado", y "Let's Do It Again" (con su amigo Bill Cosby), y "Locos de remate", protagonizada por Richard Pryor y Gene Wilder.
"Me enseñaron que tenía derecho como cualquier ser humano, me enseñaron que yo era alguien. Sabía que no teníamos dinero, no teníamos electricidad ni agua corriente, pero me enseñaron a que yo era alguien. Tuve muy poca educación, de hecho sólo año y medio y a pesar de eso me siguieron diciendo que yo era alguien”, expresó Poitier a Oprah Winfrey en un programa que ella le hizo en reconocimiento a su trayectoria.
En su filmografía no hay que dejar de destacar sus papeles memorables en "Mi pecado fue nacer" (1957), "Por amor a Ivy" (1968), "The Wilby Conspirancy" (1975), "Persecución mortal" (1988), "Héroes por azar" (1992) y "El chacal" (1997).
Su último proyecto en cine fue en 2001 con "El constructor de sueños" (The Last Brickmaker in America).
En 2002, 38 años después de recibir el Oscar al mejor actor, Poitier fue elegido por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood para recibir el Oscar Honorífico.
Poitier también se desempeñó como embajador de Bahamas en Japón y ante la Unesco, además de haber recibido en 2009 de manos del presidente Barack Obama la Medalla Presidencial de la Libertad, la condecoración civil más importante del país.
El año pasado recibió un premio BAFTA honorario que le entregaron en el Reino Unido.
Sus actuaciones tanto en cine como en televisión sobrepasan las 50 interpretaciones.