Se cruzaron por primera vez en la edición 2012, en la vecina provincia de San Juan. Esa noche, el DT de Boca era Julio César Falcioni, quien eligió un once alternativo -días después buscaba llegar a las semifinales de la Libertadores- para enfrentar al entonces Rosario Central de Pizzi, que comenzó arriba en el marcador por el tanto de Javier Toledo, pero en el complemento lo igualó Nicolás Blandi y la clasificación se definió en la tanda de penales, donde clasificó el Xeneize.
Tres años más tarde, se cruzaron en la definición 2015 que se disputó en el Mario Alberto Kempes de Córdoba. Esa noche el equipo de Rodolfo Arruabarrena dejó a los de Eduardo Coudet con bronca. Primero, por un gol anulado al mendocino Larrondo por offside; luego, por una infracción afuera del área a Gino Peruzzi en la que Marcelo Aumente vio penal y que Nicolás Lodeiro cambió por el 1-0; y, ya en el cierre, por el tanto que marcó Andrés Chávez en posición fuera de juego para definir el resultado. Desde entonces los cruces entre ambos equipos forman parte de un morbo dentro del folclore futbolero. Y se viene un duelo más, por los octavos de la presente edición. ¿Dónde se jugará este partido? Se confirma en la jornada de hoy, aunque hay muchas posibilidades de que sea nuestro Malvinas Argentinas.
“Estamos en condiciones de organizar un partido de esa magnitud”, nos dijo ayer, Federico Chiapetta. El Subsecretario de Deportes de Mendoza, también señaló: “Es probable que se confirme en las próximas horas”.
¿De qué depende? “De muchas cosas. Primero que la organización se ponga de acuerdo con ambas instituciones y después, de que Torneos acepte el número de policías que se necesitarían para un partido como ese”.
De esta manera, más allá de que faltan detalles, es casi un hecho que Boca Juniors y Rosario Central jugarán en el Malvinas la posibilidad de llegar a cuartos de final. De concretarse, se cumpliría el deseo de los dirigentes del Canalla, que pretendían el mundialista mendocino sobre el José María Minella de Mar del Plata, o en su defecto, que se eligiera alguna sede en Capital Federal.
Lo que no habrían podido cambiar desde Rosario es la fecha del partido, ya que deseaban que se disputará el jueves 28. El El argumento es simple. Se basa en que el actual campeón de AFA jugará por la 4ª fecha de la Superliga el sábado 23 con Vélez, en Liniers desde las 18.05. Mientras que el equipo de Montero lo hará recién al día siguiente frente a Banfield, a las 16.05.
“No tenemos ninguna confirmación, pero la intención es que se juegue en Mendoza. Si se concreta, el operativo, dado a la rivalidad, será más numeroso que el partido entre Boca y Brown de Madryn, donde hubo quinientos cincuenta uniformados”, comentó Néstor Majul, Subsecretario de Realaciones Institucionales del Ministro de Seguridad.
Dos que se conocen de memoria
Independiente y Atlético Tucumán, protagonistas de un reciente cruce de la Sudamericana que terminó en favor de los de Avellaneda, reeditarán otro duelo para avanzar a los octavos de final de la Copa Argentina. El equipo de Ariel Holan transita por un momento irregular en la Superliga, reúne 4 puntos sobre 9.
Tiene algunos futbolistas con molestias musculares como Alan Franco y Fabricio Bustos y Martín Benítez, pero con la intención de enfrentar a los tucumanos con la mejor formación posible.
El Rojo tiene entre sus prioridades esta Copa, un certamen que nunca ganó y otorga una plaza para la Libertadores 2018, más allá de pretensiones serias en la Superliga y la Copa Sudamericana, apremiado por la sequía de títulos. Su último logro fue en 2010 (Sudamericana) y no gana el torneo local desde 2002 con su primer histórico descenso en 2013 incluido.