Ecuador, un país rico en petróleo pero lastrado por la deuda, acaba de lanzar reformas que han provocado una subida de los precios del carburante y desatado unas de las mayores protestas en décadas, inmerso en una "grieta" social y el duro ajuste.
Un día después de verse forzado a mudar la sede de gobierno a Guayaquil por la escalada de reclamos contra las medidas de ajuste económico acordadas con el FMI, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, enfrenta un nuevo día de incertidumbre política que incluye una huelga general y una gran movilización convocada por las comunidades indígenas en Quito.