Aunque no es modus operandi novedoso, preocupa el alza en este tipo de delitos. Por medio de inhibidores de frecuencia de alarma -tecnologías con un control muy similar al de los sistemas de seguridad-, ladrones bloquean imperceptiblemente la activación y aprovechan para llevarse todas las pertenencias que los conductores tienen en sus vehículos cuando los dejan estacionados.
Desde 2018 y en lo que va del 2019, las autoridades policiales han desbaratado al menos 4 bandas locales que desvalijaban los vehículos de esta manera; y a ellos se suman otros tantos hechos detectados o evitados in fraganti.
El escenario favorito para estos atracos son las playas de estacionamiento de grandes hipermercados o centros comerciales, donde hay una considerable cantidad de autos aparcados. El ladrón suele quedarse merodeando en la zona cuando ve llegar un vehículo y activa el inhibidor (también presionando un botón) en el mismo momento en que el conductor presiona el del control de la alarma. Incluso, muchas veces hasta se escucha el sonido y se observa la señal luminosa del auto; por lo que el dueño del rodado se aleja tranquilo creyendo que el auto está con seguro. No obstante, la señal del inhibidor es más potente y bloqueó la orden de cierre.
Automovilistas que han sufrido estos episodios, autoridades policiales y los técnicos que se encargan de instalar alarmas coinciden en que hay una forma infalible de estar tranquilo al momento de dejar el vehículo estacionado: corroborar personalmente e intentando abrir la puerta que la alarma y el cierre centralizado se activaron; y las puertas y baúles están trabados.