Los salarios de los empleados estatales rondan un promedio de $33.201, mientras que los privados ganan cerca de $34.807.
Los economistas consultados por Los Andes señalaron dos diferencias para explicar la brecha entre ambos ingresos: en primer lugar, la actividad económica ha caído mucho y los salarios privados no pueden seguir a la inflación, y en segundo lugar, la cláusula gatillo obliga al Estado a actualizar los salarios, a medida que el Índice de Precios al Consumidor crece.
Así, mientras que la inflación acumulada que registra la DEIE a septiembre era del 37,2%, los salarios privados tuvieron una variación del 32,5,% y los estatales lograron ajustes del 35,1%.