En menos de dos años encontraron muertos un total de 90 cóndores en Argentina, debido a la ingesta de tóxicos ilegales. Y 34 fueron hallados a principios de este años en Malargüe. Este hecho preocupa, por tratarse de una especie en extinción siendo estas aves monumento natural de la provincia. Para la Fundación Bioandina esto prende la alarma sobre otros animales autóctonos que también son afectados por la práctica humana indebida.
Los ganaderos de la zona andina, con el fin de alejar a los depredadores (como perros, zorros y pumas), utilizaron venenos ilegales.