El Día Nacional del Donante de Sangre, que se celebra los 9 de noviembre, se conmemora en honor al Dr. Luis Agote, médico e investigador argentino.
Agote fue el creador de la técnica de transfusión de sangre mediante citrato de sodio, un aporte fundamental para la medicina, ya que esta técnica evita la coagulación de la sangre. Realizó la primera transfusión con este método el 9 de noviembre de 1914, en el hospital Rawson de la Ciudad de Buenos Aires.
En el año 2004 fue promulgada La Ley Nacional 25.936, que establece el 9 de noviembre como el Día Nacional del Donante Voluntario y Habitual de Sangre.
Se calcula que el 80% de la población, en algún momento de su vida, necesitará de una transfusión. Sin embargo, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cifras globales de donantes de sangre son menores.
En urgencias, cirugías, trasplantes y tratamientos médicos complejos es necesario disponer de sangre segura. Para ello se vuelve indispensable la donación voluntaria y altruista: aquella que se hace por propia voluntad, sin intención de beneficiar a un paciente determinado y sin recibir nada a cambio. Es importante que las personas que realizan esta acción lo hagan en forma habitual, para garantizar el pleno acceso, dado que la sangre es irreemplazable: no existe un producto artificial que pueda utilizarse en su lugar.
En Argentina, actualmente no se cuenta con sangre suficiente para afrontar las cantidades requeridas. Se estima que si entre el 3 y el 5% de la población fuese donante habitual, se cubrirían las necesidades de la comunidad. Sin embargo, la primera razón por la que las personas lo hacen es por pedido de su entorno y solo la mitad de los donantes realiza esta práctica en forma frecuente.
¿Por qué donar sangre?
Con tan solo una donación se pueden salvar hasta tres vidas. Considerando que una persona puede empezar a donar a los 18 años, si lo hace cada 90 días, al llegar a los 65 años habrá donado 94 litros de sangre, ayudando a salvar potencialmente 564 vidas.
En ese sentido, como país se debe lograr contar con el 100% de donantes altruistas y repetidos. Todas las personas tienen derecho a recibir sangre y sus componentes con garantía de calidad en los procesos y procedimientos. Si bien los tipos de sangre más requeridos en hospitales son 0+ y 0-, se necesita sangre de todos los grupos sanguíneos, especialmente de los más frecuentes, dado que estos son los más comunes para la mayoría de la población.
Para ello es necesario cambiar la cultura de donación de reposición por la donación altruista y de repetición como parte de la responsabilidad social hacia la comunidad; depender de la colaboración de donantes a familiares u otros pacientes genera una situación de estrés innecesario frente a una cirugía o internación.
¿Quiénes pueden ser donantes?
Donar sangre es una práctica segura, que no implica riesgos para quienes lo realizan. Antes de hacerlo es importante tener en cuenta que:
-Los donantes de sangre deben ser mayores de 18 años y pesar más de 50 kilos.
-Es necesario gozar de buena salud y sentirse bien. No se debe estar anémico (bajo de glóbulos rojos) ni embarazada o en período de lactancia.
-Los hombres pueden donar hasta cuatro veces por año y las mujeres hasta tres veces. Entre cada donación debe pasar al menos dos meses.
-Las personas con tatuajes o perforaciones pueden donar después de un año de su realización.
-El día de la donación se debe desayunar de manera habitual y concurrir al establecimiento con DNI.
-La donación dura 45 minutos. En este tiempo se extrae una unidad equivalente a 450 mililitros, que se reemplaza en cuestión de horas, por lo que no es frecuente sentirse mal ni que esto afecte las actividades que la persona realizará ese día.