Aquí está Jorge Fandermole (o Fander, para sentirlo más cercano) para suplicar con nosotros otra vez que el Cristo de las redes no nos abandone: la "Oración del remanso", una favorita del público, joya de ese repertorio surgido de la trova rosarina, y hoy una de los más visitadas por los intérpretes de nuestra música popular.
“Esa es una de mis canciones preferidas, y por otro lado es una de las más escuchadas y versionadas también”, admite por teléfono Fandermole (es modesto). Está en su casa, tomando el mate religioso de las 8 de la mañana, y el ritmo de sus palabras parecen acompasarse con el Paraná.
Además se lo nota feliz. Es que la posibilidad de volver a esta provincia, y en el marco de un festival, donde podrá encontrarse con colegas y con una ramada de nuevos músicos, le parece simplemente una oportunidad maravillosa.
"Que el canto se vuelva necesario" reunirá hoy en el Le Parc a este cantautor, a Carlos Aguirre en formato trío y a Nahuel Jofré, un mendocino que reivindica el folclore del pago y que trae un disco bajo el brazo ("Canciones en cuyo vuelo").
Fandermole, que hoy se acompaña solo con guitarra, viajará mañana hasta San Rafael, donde se sumará su grupo. Allí, en la Plaza Francia, lo escucharán también junto a Juan Falú, Simón Marziali y Dorian Maronich.
Mañana también cierra este ciclo en el Le Parc: la invitada esencial es Liliana Herrero (actúa con Nosotros dos y el Dúo Budini – Marengo). Y justamente ella, nacida entre ríos, es una de las intérpretes que hizo de la “Oración del remanso” una pieza fundamental de su repertorio: la ora, la canta, la descarna y la vuelve a componer.
Es, por supuesto, una de las versiones favoritas de Fandermole. Le gustan también las chamameceras, y también una inesperada que lo emocionó especialmente: la del ensamble vocal masculino español Los Gofiones. La oración viajó, viajó por el agua...
-¿Qué cosa habrá en esa canción?
-Es una cosa que uno no espera. Eso también habla de lo impensado, del modo en que esos lenguajes funcionan y se conectan con determinada parte de la comunidad y después empiezan a expandirse de un modo siempre imprevisto, porque si uno pudiera manejar eso se supone que intentaría siempre dialogar de una forma más eficaz, que no siempre se logra.
Uno le pone el mismo cariño y la misma atención a todo lo que hace. Sin embargo, los resultados evidentemente son todos muy diferentes y de eficacia muy diversa...
-Por ahí leí que "Era en abril" no es una canción que te gratifique mucho, ¿puede ser?
-Es una canción que escribí cuando tenía unos 15 años. Era una total ficción, porque la pérdida de un bebé era algo que no me había ocurrido a mí ni a ninguna persona de mi entorno cercano, digamos.
-¿Por qué la compusiste, entonces?
-Se me ocurrió como una experimentación de letra y música de alguna temática triste, y que diese un resultado triste también. Además es un producto muy adolescente, porque después uno se da cuenta, pasado el tiempo, que esa desdichada experiencia sí le ha ocurrido a un montón de gente.
Apareció en el ‘82, y a lo largo de estos decenios me fui encontrando a mucha gente que me decía que esa canción le había impresionado mucho, porque en su experiencia le había ocurrido una pérdida de este tipo.
Unos se da cuenta, entonces, que lo que uno hace impensadamente o inconscientemente, o como un ejercicio, o como un juego, después se convierte en la expresión de una experiencia de ese tipo. Ahí es donde uno dice: Si yo hubiera pensado que me iba a meter en algo tan sensible y doloroso para mucha gente no la habría hecho. Por diferentes causas nunca más la canté.
-Y en el otro extremo, además de tus canciones favoritas, ¿hay alguna que quieras reivindicar?
- “Carcará” me gusta muchísimo. Ha tenido como menos trascendencia, pero algunas características melódicas, de la letra y armónicas que me gustan mucho y que me gratifica mucho haber podido resolverlas de ese modo.
El santafesino pisa así un escenario que nos pide ver la música como un territorio necesario de expresión, incluso de lucha. Escribió: “No sé más qué hacer en esta tierra incendiada sino cantar”.
La ficha
Que el canto se vuelva necesario
Hoy
En el Espacio Cultural Julio Le Parc: Nahuel Jofré, Carlos Aguirre Trío y Jorge Fandermole.
En Plaza Francia (San Rafael): Gabo Ferro y Franco Luciani.
Mañana (cierre)
En el Espacio Cultural Julio Le Parc: Nosotros dos, Dúo Budini - Marengo y Liliana Herrero.
En Plaza Francia (San Rafael): Juan Falú y Jorge Fandermole.
Todos los días, los recitales comienzan a las 20.30.
Entradas: para el Le Parc, tienen un precio de $30. Para la Plaza Francia, es libre y gratuita.
