Sociedad
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hace 3 horas
La compra irregular de autos de alta gama marca Porsche, Mini Cooper, Mercedes Benz, Audi, BMW y Ferrari, y la adquisición, también por medio de maniobras sospechosas, de una estancia en Mendoza y de un departamento en la lujosa Avenida del Libertador, movimientos bancarios simulados de cheques y otras operaciones comerciales y financieras, fueron algunos de los hechos que la fiscalía les leyó a los imputados en el inicio del juicio oral que tiene al empresario Lázaro Báez como principal acusado en la causa de alto impacto mediático, bautizada "la ruta del dinero K", en la que una veintena de acusados está siendo juzgada por lavado de dinero.
Báez y sus cuatro hijos se sentaron hoy por primera vez en el banquillo de los acusados para enfrentar un juicio oral por lavado de dinero obtenido de manera ilícita con obra pública durante el kirchnerismo.
El abogado defensor de Lázaro Báez, Víctor Hortel, volvió a pedir que se suspenda el juicio al recusar al juez Rodrigo Giménez Uriburu, cuarto integrante del Tribunal, por supuesto "temor de parcialidad". Este juez integra también el tribunal que en febrero juzgará a Báez en otra causa. Se especula que no prosperará el planteo elevado por la defensa del empresario.
El dueño de la empresa Austral Construcciones quedó detenido con prisión preventiva en abril de 2016, en el aeropuerto de El Palomar, adonde había llegado desde Santa Cruz para comparecer ante la justicia. Además de Báez, también son juzgados sus cuatro hijos, el arrepentido mediático Leonardo Fariña, el financista Federico Elaskar (dueño de la financiera SGI), y una veintena de personas.
El juicio contempla la comparecencia de 91 testigos, y se estima que demorará no menos de seis meses. Por ser la primera audiencia, todos los imputados estuvieron presentes en la sala. A partir del próximo miércoles, los acusados que están en prisión, como el caso de Báez, seguirán la audiencia por video conferencia.
Según la fiscalía, los imputados conformaron “una estructura jurídica, societaria y bancaria en la Argentina y en el extranjero, con el fin de canalizar, convertir, transferir, administrar, vender, disimular y/o poner en circulación en el mercado fondos de procedencia ilícita” y así “integrarlos al circuito económico formal bajo apariencia de licitud, al menos durante el período comprendido entre los años 2010 y 2013”.
En la acusación leída, se mencionó también la edificación por parte de Báez de un grupo económico en base a contratos de obras públicas que le habrían direccionado los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, mecánica que está siendo objeto de una investigación en otras causas judiciales.
"Esta banda ha lavado más de 60 millones de dólares", se afirmó en la lectura hecha por los fiscales.
El tribunal a cargo del juicio está integrado por los jueces Guillermo Costabel, María López Iñíguez y Adriana Palliotti, además de Giménez Uriburu.
Lázaro Báez llegó a los tribunales de Comodoro Py a las 6.45, trasladado desde la cárcel de Ezeiza, y durante la lectura de los cargos, se mantuvo tranquilo y relajado.
Leonardo Fariña se asimiló a la figura del arrepentido y quedó bajo la protección del programa de testigos e imputados. Al final del juicio, su aporte será valorado por el tribunal, lo que podría redundar en una reducción de una eventual pena. La boda de Fariña con la mediática Karina Jelinek también está sospechada de haber sido pagada con dinero ilegal. Fariña junto a Elaskar tuvieron su momento de celebridad cuando entrevistados en el programa "PPT", denunciaron las supuestas maniobras que hoy están siendo juzgadas.
Además de la fiscalía, también presentaron su acusación, a modo de querellantes, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Oficina Anticorrupción (OA).
Durante la acusación, fueron nombrados los ex presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández, como parte de una presunta asociación ilícita de la que Báez también formaba parte.
Si bien Cristina fue indagada por el juez Casanello, no será juzgada en este proceso. En cambio, la ex mandataria junto a Báez serán juzgados a partir del 26 de febrero próximo, en un juicio en el que se investigan irregularidades en distintas obras públicas a cargo de Austral Construcciones.
Cristina Fernández y Lázaro Báez también compartirán el banco de los acusados en las causas "Los Sauces" y "Hotesur", cuyos juicios orales aún no tienen fecha de inicio.
Por su parte, el ministro de Justicia, Germán Garavano, en charla con la prensa aludió al juicio oral iniciado esta mañana. "Marca el compromiso que tiene el Gobierno de enfrentar la corrupción", sostuvo el funcionario.
Garavano mencionó que, recientemente, en un foro mundial de ministros de justicia, “se valoró positivamente el combate que está haciendo la Argentina, un hecho inédito que en algún punto equipara la experiencia brasilera (del Lava Jato)”.
