Las idas y venidas de los últimos años con respecto al antiguo y prestigioso hotel Potrerillos han conformado una verdadera novela de máximo suspenso.
Pero, en este momento, la impresión es que la trama de cierres, licitaciones no concretadas, obras empezadas y no concluidas y concesiones retiradas, llega a su fin y se descubre el final de esta trama novelesca que comenzó el 26 de enero de 1942, cuando se inauguró el establecimiento de montaña.
Los tiempos del hotel mendocino fueron mezquinos en ocasiones y en otros de bonanza, como cuando albergó a celebridades (en 1978, a la Selección de Holanda en el Mundial de Fútbol) y grandes eventos empresariales. Por contrapartida, en varias temporadas estuvo cerrado y sometido a actos de vandalismo y robo.
El Gobierno de Mendoza acaba de anunciar que la remodelada estructura turística comenzará, por fin, a recibir visitantes a partir del bimestre setiembre/octubre. A pesar de que corren vertiginosos días preelectorales, no hay por qué descreer del lanzamiento y la apertura de sus puertas para recibir a los primeros clientes.
Los Andes anunciaba en el verano del '42 la puesta en marcha de las instalaciones, bajo el título: “Se habilitó ayer el hotel de Turismo de Potrerillos. Es un establecimiento de lujo con características atrayentes y tarifas moderadas”. Un aviso comercial de entonces apoyaba la oferta con esta leyenda: “Tiene el estilo de las haciendas españolas del sur de California”. Toda una invitación a concurrir.
A partir de ese momento se plasmó una trayectoria de grandes acontecimientos en los años de esplendor, recibiendo a diversas personalidades de la provincia y de afuera. Son muchos los mendocinos que recordarán los almuerzos en sus salones o las clásicas tardes de té, una forma de concluir un paseo por la montaña que tenían incorporada las familias mendocinas, y si era otoño, mejor.
En 1999 se produjo uno de sus primeros cierres, y tras 6 años de inactividad o de gestión a medias, porque hubo un interregno de atención a cargo de antiguos empleados, el histórico edificio volvió a atender en 2005. Sin embargo, 2 años más tarde la administración de Julio César Cobos firmó la caducidad del contrato de concesión y decidió volver a llamar a licitación con el fin de entregar el bien a otros adjudicatarios.
Siguieron dilaciones y actos licitatorios truncos hasta que en 2010 se generó un nuevo concurso para la recuperación y mantenimiento del hotel, pero recién en 2014 se pusieron en marcha las nuevas obras de remodelación, que ya están a punto de terminar, circunstancia que permite a las autoridades del sector turístico proclamar que las desventuras terminaron para esta verdadera joya de la montaña, emplazada a orillas del lago del lugar, y dar comienzo a su explotación.
Sus titulares -empresa Nell-Joy Industries Mendoza- son los actuales responsables del manejo y atención del que se presenta como un petit hotel 4 estrellas, con comodidades y prestaciones acordes con la categoría, y 44 habitaciones. También se inaugurará un hostel con capacidad de 25 camas.
El plazo del acuerdo es por 20 años y un factor interesante a considerar es la conservación del patrimonio arquitectónico del emprendimiento original, ése que cumplió más de 70 años. La apuesta también contempla un terreno para la práctica del golf, canchas de tenis y de bochas, y una ornamental plantación de viñedos.
En el área del distrito lujanino queda pendiente la concreción de un balneario y el aprovechamiento integral de las costas de la represa, más la unión a través de un túnel entre Cacheuta y Potrerillos, utilizando la traza de la ruta provincial 82.
