Todo sigue igual. Un rótulo que le cabe como anillo al dedo a esta versión del Tomba.
Nada cambia. Todo este tiempo el equipo ha navegado por la intrascendencia, sin un estilo de juego definido y con más penas que alegrías.
Se sabía que la historia no sería fácil para Carlos Mayor, teniendo en cuenta que se encontró con un plantel nuevo- sin la jerarquía del anterior-y sin trabajo de pretemporada para conocerlo a fondo.
Además, era su prueba inicial a fondo como adiestrador en Primera División y su respuesta era una incógnita.
Todo este cóctel abría enormes interrogantes de cara al futuro. ¿Qué podía pasar?
Por ahora las cosas no van por los carriles que esperan en la Bodega, y le está costando más de la cuenta al adiestrador darle su impronta al Tomba.
Ya pasaron seis fechas del campeonato, un partido por la Copa Sudamericana, y todavía no se puede vislumbrar cuál es la idea futbolística que se pretende manifestar, más allá de que el discurso- dirigencial y del cuerpo técnico- apunta a mantener lo que se viene realizando desde hace algunos años.
Por momentos el elenco expresa buenas intenciones sustentadas en un fútbol práctico, dinámico y efectivo, pero después pone en evidencia otra cara y saca a relucir un equipo completamente desequilibrado y con enormes problemas para ser protagonista.
Es cara y cruz. Blanco y negro. De la esperanza pasa al desencanto en un suspiro.
A los inconvenientes en el juego propiamente dicho, se le suman algunas decisiones del técnico que no cayeron bien en algunos jugadores, y los conocidos hechos extrafutbolísticos que complicaron más el panorama.
Ya en el encuentro ante Defensa y Justicia algunos hinchas mostraron su descontento y dejaron en claro que la paciencia comienza a agotarse.
El Expreso tiene en lo inmediato dos partidos que lo pueden marcar para lo que resta: visita a San Lorenzo y luego irá al Monumental, buscando revertir la serie contra River por la Copa Sudamericana.
No es sencillo el camino que viene para el Bodeguero, y está claro que debe dar un golpe de timón con urgencia si quiere tomar algo de aire y despegar.
Sí. El cambio se pide a gritos.